Diecisiete personas murieron en riadas y aludes causados por la tormenta tropical Parma en áreas montañosas del norte de Filipinas, azotada por el temporal desde hace varios días, informó hoy la Policía.

Estas víctimas mortales se suman a otras 23 que perdieron la vida durante el fin de semana por las fuertes lluvias de Parma, que tocó tierra el sábado en el archipiélago con categoría de "súper tifón" y vientos de más de 200 kilómetros por hora.

La región norte de la isla de Luzón lleva toda la semana padeciendo el azote del temporal, que ha reventado presas y cortado varias carreteras, dejando pueblos enteros incomunicados.

Trece personas fallecieron en corrimientos de tierra provocados por las lluvias en la provincia de Benguet, y corrieron la misma suerte cuatro residentes de Baguio, donde se hallaba la capital de verano bajo la dominación colonial de Estados Unidos.

Una semana después, Parma sigue rondando el norte del país, ya como tormenta tropical y vientos de apenas 55 kilómetros por hora, pero los meteorólogos creen que mañana ya habrá abandonado el área de influencia de Filipinas.

El tifón finalmente no fue tan fuerte como se pensaba y no arrasó el archipiélago como la tormenta tropical Ketsana, que el pasado 26 de septiembre vertió sobre Manila y otras 25 provincias de Luzón una cantidad de lluvia muy superior a la media mensual en esta época del año, batiendo el anterior récord de 1967.

Inundó el 80 por ciento de la capital y causó casi 300 muertos, cerca de 500 mil desplazados, y 2 millones y medio de damnificados.