Al menos 50 personas murieron en enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y partidarios del depuesto presidente islamista Mohamed Mursi registrados en Egipto este domingo.

El balance, en el que no figuran policías muertos, es el más alto desde la represión iniciada el 14 de agosto para dispersar por la fuerza dos sentadas de partidarios de Mursi, depuesto por los militares en julio, que reclamaban su vuelta al poder en El Cairo.

Los actos violentos de ese día y de la semana posterior dejaron más de mil muertos, en su gran mayoría manifestantes favorables a Mursi. Más de 2.000 islamistas fueron detenidos.

Del total de víctimas mortales registradas este domingo, al menos 45 personas murieron en El Cairo y cinco en diferentes ciudades al sur de la capital, indicó Jaled al Jatib, responsable del departamento de urgencias del Ministerio de Salud, sin precisar la identidad de los fallecidos, el lugar y las circunstancias de las muertes.

Otras 268 personas resultaron heridas, añadió al Jatib.  

Varios enfrentamientos se produjeron en la capital entre partidarios y detractores de Mursi, mientras la policía intervenía con gases lacrimógenos, balas de goma para dispersar a los manifestantes y, en ocasiones, ráfagas de  armas automáticas, cuando el tamaño de las concentraciones se incrementaba, constataron periodistas de la AFP.

El Ministerio del Interior acusó en un comunicado a los manifestantes de abrir fuego contra las fuerzas del orden y de destrozar bienes públicos en El Cairo, obligando a la policía a "intervenir".

Según Interior, 423 personas fueron detenidas en la capital.