Una tormenta acompañada de ventiscas de nieve azotó este sábado los estados del noreste estadounidense y la costa central atlántica, paralizando los servicios de transporte en toda la región y dejando a decenas de miles de personas sin energía eléctrica.

Se atribuyeron al menos cinco muertes al sistema de tormentas, que se extendía desde las Carolinas hacia Nueva Inglaterra y cubrían también algunos estados del centro-norte (medio oeste). Los 35 centímetros (14 pulgadas) de nieve que cayeron en el Aeropuerto Nacional Reagan, a las afueras de Washington, impusieron un récord para un solo día de diciembre. En Filadelfia la acumulación fue de 23 centímetros (9 pulgadas)

Aquellos que se aventuraron a salir de sus viviendas llegaron hasta desolados negocios en un fin de semana por lo general vibrante de compradores con motivo de las fiestas de fin de año. No había filas para tomarse foto con Santa Claus entre otras situaciones que provocó la tormenta en el último fin de semana antes de Navidad.

La Guardia Nacional se desplazaba en camionetas todo terreno Humvee para rescatar a los conductores en Virginia y unas 500 personas buscaron refugio y calor en albergues de emergencia.

Una persona en Virginia murió en un accidente vial causado por el pavimento resbaloso, y las autoridades informaron que las condiciones meteorológicas incidieron al menos en otra muerte por un percance de tránsito. Un tercer deceso fue causado por el frío extremo. En Ohio, dos personas perecieron en accidentes en las carreteras cubiertas de nieve.

Hubo una acumulación de nieve de casi 60 centímetros (2 pies) en algunas áreas, y la capital estadounidense estaba en alerta ante una posible ventisca de nieve. El transporte público estaba a punto de ser suspendido, pero eso no impidió que los senadores continuaran debatiendo la reforma de salud. La tormenta de avance lento se desplazaba hacia el noreste.

Los camiones barrenieve despejaron la pista de la Base Andrews de la Fuerza Aérea en el área suburbana de Washington mientras el presidente Barack Obama regresaba de la cumbre sobre clima en Copenhague. La Casa Blanca dijo que Obama regresó en una caravana vehicular a la Casa Blanca, en vez de usar su helicóptero, debido a las condiciones del tiempo.

Los meteorólogos pronosticaron una acumulación de medio metro de nieve por toda la región, que virtualmente esta cubierta por un mar de nieve. El Instituto Smithsoniano cerró sus museos y el Complejo Nacional, que normalmente está colmado de turistas, había sido reemplazado por gente que se lanzaba bolas de nieve y por esquiadores.

En el oeste de Virginia, las autoridades dijeron que varios cientos de conductores se quedaron estancados y tuvieron que ser rescatados por vehículos todo terreno.

Adrian Fenty, alcalde de Washington, había declarado el estado de emergencia por nieve en la ciudad a partir del sábado por la mañana.

Filadelfia también declaró el estado de emergencia y el distrito escolar canceló todas las actividades del fin de semana por las nevadas.

"Este es sólo el principio", dijo Brandon Peloquin, un meteorólogo del Servicio Nacional de Meteorología en Sterling, Virginia. "Llegará mucha más nieve", agregó.

Asimismo los gobernadores de Virginia, Virginia Occidental y Kentucky declararon estado de emergencia.

Peloquin advirtió que la tormenta de nieve podría generar vientos de hasta 56 kilómetros por hora (35 millas por hora), lo que provocaría condiciones de muy poca visibilidad. Las autoridades pidieron a los automovilistas que eviten usar sus vehículos en la medida de lo posible.

La mayoría de los vuelos en los aeropuertos Dulles International y Reagan National habían sido cancelados, creando un efecto multiplicador de demoras en todo el país. Las pistas del aeropuerto Reagan fueron cerrados hasta las 6 de la mañana del domingo. El Dulles tenía en funcionamiento una sola pista, pero esperaban unos cuantos vuelos.

El aeropuerto local BWI Thurgood Marshall cerró temporalmente el sábado por la tarde a fin de permitir que su personal limpiara las pistas y los viajeros que intentaron llegar a sus destinos por tren, también enfrentaron demoras y se advertían posibles cancelaciones.

Los meteorológos dijeron que el sistema de tormenta podría generar vientos de 56 kilómetros por hora (35 mph), que podrían impedir la visibilidad. Podría tratarse de la tormenta más fuerte en la capital del país desde febrero del 2003, cuando casi se llegó a los 69 centímetros (27 pulgadas) de nieve en el aeropuerto internacional Baltimore-Washington.