Al menos nueve personas murieron y 23 resultaron heridas, en los cuatro ataques perpetrados por un grupo talibán contra la Embajada de EEUU, la sede de la OTAN en Kabul y el ataque a policías en otras tres áreas de la ciudad.
Es sin duda la mayor ofensiva del grupo integrista en la capital afgana y se produce dos días después de la conmemoración de los atentados terroristas contra Nueva York y Washington de 2001.
Un comando talibán lanzó misiles contra la legación estadounidense y la sede de la OTAN, situación que se acompañó de una batalla armada alrededor de un edificio en construcción, que se extendió hasta el anochecer, mientras helicópteros afganos y de la OTAN sobrevolaban la ciudad.
Los militantes eligieron un blanco estratégico y fuertemente fortificado para sus ataques coordinados. Su capacidad para disparar artillería en el distrito diplomático fue una clara señal de fuerza en un momento en que las tropas lideradas por la OTAN se están adjudicando significativos avances de seguridad y preparan su salida para el 2014.
La batalla armada alrededor de la plaza Abdul Haq fue extensa, con tres atacantes muertos y uno o dos aún prófugos casi ocho horas después del inicio del ataque, dijo el Ministerio del Interior. Cuatro policías y tres civiles murieron en la embestida y 17 personas resultaron heridas
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, afirmó que los ataques buscaron desbaratar los planes de entregar la seguridad a las fuerzas afganas, pero que no lograrían su objetivo.
A su vez, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, dijo que los ataques no desalentarían a Washington y sus aliados afganos. "Vamos a continuar con un compromiso aún mayor para hacer todo lo posible para dar al pueblo afgano que ha sufrido tanto una chance de un futuro mejor", declaró.
El presidente afgano, Hamid Karzai, afirmó que los ataques fortalecerán la firmeza de las fuerzas de seguridad. "Van a dar (...) más decisión a las fuerzas armadas en su camino de asumir más responsabilidad", aseguró.