Paula (diseñadora, 36 años) lleva cinco años con su pareja, con la que tiene una diferencia de 12 años (él tiene 48). "Cuando yo era chica, él estaba en su adolescencia", reflexiona. En efecto: cuando ella tenía cuatro años, él ya tenía 16.
Ambos vienen de matrimonios anteriores. El estuvo casado 15 años y tiene hijos de esa anterior relación. "En algunas cosas tenemos miradas diferentes, como choque de generaciones y aspectos que para mí son normales y lógicos, que para él no lo son tanto. Pero ha recorrido más camino en la vida y ve las cosas con más sabiduría", destaca Paula.
Paula encarna un fenómeno en aumento. En la última década, cada vez más chilenas prefieren casarse con hombres más adultos, generando un aumento en la diferencia de edad en los matrimonios. Según datos del Registro Civil, si en 2000 hubo 8.719 matrimonios en los que él era 10 o más años mayor que su pareja, ese número pasó a 13.725 en el 2011; es decir, un aumento de 57,4%.
El grupo en que se aprecia con mayor fuerza el fenómeno es en las mujeres de 36 a 40 años. Cifras del Registro Civil indican que en el 2000, los matrimonios donde ellas tenían ese tramo de edad y sus parejas más de 50 años fueron 202, los que aumentaron a 531 en 2011. Mientras que en el mismo período, las uniones de mujeres entre 36 y 40 años con hombres de 21 a 25 disminuyeron en 27%, pasando de 128 a 94.
Este último, fue todo un fenómeno durante la década pasada, cuando se constató un fuerte aumento en los matrimonios de mujeres mayores con hombres menores. Si en 1995 el 0,8% del total de los matrimonios eran de mujeres con más de cuatro décadas con hombres menores, en 2007 pasaron a ser 1,6%.
En Estados Unidos se las llamó cougars (panteras). Pero hoy el fenómeno está en retirada y explica, en parte, por qué está aumentando el número de enlaces en que él es 10 años mayor que ella.
Estabilidad post divorcio
Susana Ifland, sicóloga de parejas y presidenta de la Sociedad de Sicólogos Clínicos de Chile, dice que la diferencia de edad y el optar por una pareja mayor se explican por la búsqueda de estabilidad y tranquilidad. Aspecto relevante, dice, en especial para mujeres divorciadas.
"Con un hombre mayor hay más probabilidades de tener una situación económica más consolidada, también son hombres más maduros emocionalmente. Es una búsqueda de estabilidad en todo aspecto, no quieren tener tantos conflictos con hombres inmaduros emocionalmente", señala. Una disputa constante con parejas de la misma edad y, con mayor razón, con hombres menores.
Un gran porcentaje de estas uniones es probable que corresponda a segundas nupcias, las que han aumentado 153% entre 2000 a 2010. Según Estadísticas Vitales del INE, del total de matrimonios en el año 2000, 3.001 fueron de segundas nupcias, los que en 2010 llegaron a 7.589.
Pamela Soto, sicóloga y académica de la U. Diego Portales, indica que actualmente existe mayor flexibilidad respecto del tema de la edad. Hoy más que nunca, las parejas se establecen por necesidad de satisfacciones personales, que van más allá de los criterios tradicionales como, por ejemplo, la edad.
"Se está con la pareja que lo hace feliz, no con la pareja que socialmente se espera que esté", dice. Además, en los segundos matrimonios es frecuente el anhelo de vivir una experiencia de pareja más estable.
Un reciente estudio realizado por Jörgen Johnsson, sicólogo de la U. de Gotemburgo (Suecia), que analizó cómo hombres y mujeres se presentaron en 4.000 anuncios personales de periódicos suecos y sitios de citas online, determinó que existe una marcada inclinación femenina a que ellos fueran mayores.
"Una mujer se enfrenta a una mayor inversión al elegir una pareja. Un hombre mayor con sus finanzas en orden y un alto estatus social es una elección segura", sostiene el experto.
Para los hombres, indica Ifland, es una elección que les reafirma su virilidad. "Las mujeres más jóvenes pueden ser menos demandantes -sexual y emocionalmente-que las de su edad, lo que los hace sentir más cómodos ", asegura.