El cambio climático supone una seria amenaza para el café debido a los efectos perniciosos que un incremento de la temperatura global tendría sobre este cultivo, ya que le restaría calidad y aumentaría la incidencia de plagas y enfermedades.
Así lo advierte un informe presentado durante la reunión que celebra esta semana el Consejo de la Organización Internacional del Café (OIC), y que tiene lugar en Londres.
Los cambios en el clima tienen notables efectos en los cafetales de todo el mundo, ya que una temperatura del aire adversa, la radiación solar y la humedad relativa son elementos que influyen en muchos de los procesos fisiológicos de la planta de café.
El informe, titulado "Cambio climático y café", fue realizado con el objetivo de ayudar a los miembros de la OIC a preparar su posición para la cumbre que se celebrará en Copenhague (Dinamarca) en diciembre, y de la que se espera que salga un documento que actualice el Protocolo de Kyoto.
Entre los efectos que una subida de los termómetros podría provocar se encuentra la aceleración del proceso de maduración del café, lo que conlleva una pérdida de calidad.
"Existe una posibilidad real de que sólo unas pocas zonas del mundo puedan cultivar café de calidad. Si esto ocurriera, la tendencia actual a la concentración de la producción podría convertirse incluso en más pronunciada", alerta el informe.
La subida del mercurio afecta también a diferentes aspectos del metabolismo de las plantas de café, como el florecimiento, la fotosíntesis o la respiración.
Además, muchas de las estrategias de adaptación a estos efectos del cambio climático implican una reducción en la extensión de los campos de cultivo.
Un mayor calor también favorecería la proliferación de ciertas epidemias y enfermedades, además de facilitar su dispersión a otras regiones donde no estaban presentes anteriormente.
Debido precisamente a esta mayor vulnerabilidad de las plantaciones de café, será necesario introducir un mayor número de controles y llevarlos a cabo de manera más rigurosa, lo que aumentará los costes de producción.
Según las proyecciones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), las precipitaciones aumentarán en el siglo XXI en algunas zonas del planeta sobre todo en las latitudes más altas y descenderán en otras, como por ejemplo al sur de África o el noreste de Brasil, donde contarán con "menos recursos hídricos por el cambio climático".
Además, en zonas que actualmente no requieren de irrigación, un aumento de las temperaturas puede afectar a la humedad de los suelos, lo que obligaría a dotar de "costosas infraestructuras" la zona para compensarlo.
Otra consecuencia negativa sería la reducción de la vida "útil" de las plantas de café debido al "estrés" producido por los cambios hídricos.
Los autores del documento insisten en que los países productores de café deben invertir más en la adaptación a los cambios que en la mitigación de sus efectos, ya que es más útil y resulta más rentable en términos económicos.
Entre las medidas que aconsejan se encuentran la mejora en los sistemas de irrigación, la modificación genética de las variedades de café para hacerlas más fuertes y longevas, así como la diversificación económica en aquellos países que dependan en exceso de la agricultura sector muy sensible al cambio climático.
La OIC es una entidad asociada a la ONU que representa al sector cafetero y cuenta con 77 países miembros, 45 de los cuales son exportadores de café que representan el 97 por ciento de la producción mundial y 32 son importadores lo que equivale al 80 por ciento del consumo mundial de este producto.