"Ella está todos los días un poco mejor, recuperándose para volver con todas las fuerzas". El vicepresidente a cargo del Poder Ejecutivo, Amado Boudou, salió así, ayer, al paso de las dudas que han surgido sobre el verdadero estado de salud de la Presidenta argentina, Cristina Fernández, quien guarda estricto reposo de un mes en la residencia presidencial de Olivos, desde que el 8 de octubre se le extrajo un coágulo del cráneo generado por una caída.

Las declaraciones de Boudou se produjeron un día después de que el jefe de gabinete, Juan Manuel Abal, advirtiera que es un "disparate" y una "falta absoluta de responsabilidad" plantear "dudas sobre la salud" de la mandataria. Abal dijo que "permanentemente salen partes (médicos) sobre su recuperación", al responder la afirmación de la diputada opositora Elisa Carrió, que el lunes afirmó que la jefa de Estado "no está y no sabemos si va a volver".

En los primeros días tras la operación, entre los médicos y sus hijos, Máximo y Florencia Kirchner, le pusieron un cerco mediático a la presidenta, cuyo reposo de 30 días se cumple el lunes 11 de noviembre. La orden médica era evitarle esfuerzos físicos y exposición al estrés. Además de su cuadro neurológico, los médicos monitorean su estado cardíaco. El último parte oficial de la Fundación Favaloro consignó disfunciones que no revestían gravedad, pero que merecen atención y reposo.

Según el editor de la revista Noticias y autor del libro La cabeza de Cristina, José Antonio Díaz, la ausencia de Fernández desató una verdadera "sicosis" en la casa de gobierno. "Los ministros nunca contaron con información precisa sobre la evolución posoperatoria de la presidenta. Ni antes ni después de la cirugía, ni siquiera luego del alta de la Fundación Favaloro el domingo 13", aseguró Díaz.

El jueves pasado, en el cierre de campaña del candidato a diputado del kirchnerismo por la provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde, se esperaba que la mandataria enviara, aunque fuera, un mensaje grabado en video desde Olivos, pero no ocurrió. Tampoco estuvo presente el domingo en el búnker del oficialismo, durante la jornada de elecciones legislativas donde el kirchnerismo sufrió una dura derrota en las urnas.

Sin embargo, el columnista del diario argentino La Nación Mariano Obarrio dijo ayer que Fernández comenzó hace más de una semana a impartir directivas políticas desde Olivos. "Prueba de ello, sus médicos la autorizaron a comenzar, desde hoy (ayer), a leer los diarios y revistas e informes generales de la gestión de gobierno".

Además, según Obarrio, el secretario legal y técnico y hombre clave de la mandataria, Carlos Zannini, le llevó el martes  personalmente a Olivos el informe sobre la convalidación de la Corte Suprema a la constitucionalidad de la Ley de Medios, el proyecto estandarte del gobierno. En medio de su satisfacción por el triunfo sobre el Grupo Clarín, la mandataria habría ordenado los lineamientos de las conferencias de prensa y discursos ofrecidos por funcionarios del gobierno. Lo mismo habría hecho el domingo, orquestando el impostado festejo del Frente para la Victoria.

Ante las dudas sobre la salud de Fernández, el senador radical Gerardo Morales dijo que desde su partido están "chequeando" si "jurídicamente" la presidenta podría volver a postularse a la primera magistratura en 2015 en caso de renunciar por enfermedad, al advertir que los kirchneristas "son peligrosos" y capaces de hacer "cualquier cosa".