Un milagro. Esa es la única explicación que la prensa australiana logra encontrar para la escapada de un bebé que cayó en su coche a la línea férrea en una estación de Melbourne y fue arrastrado 30 metros por un tren.
El pequeño, de sólo seis meses de edad, resultó sólo con una herida leve en su cabeza.
El incidente, que quedó registrado en las cámaras de seguridad de la estación, muestra el momento precisó en que el coche comienza a rodar hacia las vías y es alcanzado por el tren, mientras la madre del niño grita y pide ayuda a las demás personas que a esa hora se encontraban en el andén.