Por cada hora que un niño menor de 17 meses pasa frente a un televisor, deja de aprender hasta ocho palabras en relación a otro que está alejado de la pantalla. Así lo reveló un estudio realizado por la U. de Washington, en 2007. Un trabajo más dentro de un cúmulo de investigaciones que demuestran que en menores de dos años la TV debiera estar prohibida, pues afecta el desarrollo del lenguaje, la concentración y la socialización temprana.
Esa evidencia científica acumulada es la que sustenta el reciente informe elaborado por el Hospital Infantil Real de Melbourne. Una pauta oficial que será publicada por el gobierno australiano, la próxima semana, como parte de las nuevas directrices de su campaña nacional contra la obesidad, y donde se recomienda que los niños menores de dos años no vean televisión y que hasta los cinco años lo hagan sólo una hora al día.
Las directrices están dirigidas principalmente a los centros de cuidado infantil, pero llegará hasta los padres para aconsejarles cómo elaborar un plan que permita reducir el tiempo de sus niños frente a la pantalla. "Las horas frente a la TV pueden reducir la cantidad de tiempo que tienen los niños para el juego activo, el contacto social con otras personas y sus posibilidades de desarrollo del lenguaje. Además, puede afectar el desarrollo de una gama completa de movimiento de los ojos y reducir el tiempo en que pueden estar concentrados", dice el informe titulado ¡Levántate y crece! y adelantado por el diario The Australian. No es todo. El gobierno también busca reducir los índices de obesidad infantil que afectan a un cuarto de los niños del país, cifra que promete subir a un tercio para 2020.
NO ES UNA NIÑERA
Francia prohibió, en 2008, la producción y emisión de programas de TV para menores de tres años. Una medida adoptada por el Consejo Superior Audiovisual y que generó un arduo debate, algo que promete extenderse ahora a Australia.
El problema, dice el informe australiano, es que las cifras indican que bebés de hasta cuatro meses ven un promedio de 44 minutos de televisión al día, mientras que los niños menores de cuatro años pasan por lo menos tres horas frente a la pantalla. "Se usa la televisión como niñera desde la más tierna infancia", dice la copia del texto. Un fenómeno que se repite en EEUU, donde un 40% de los menores de tres meses ve TV.
Yuri Dragnic, neurólogo del Hospital Clínico de la U. de Chile, aplaude la medida australiana. "Me parece muy importante que existan iniciativas que limiten y orienten un adecuado uso de la televisión en la población infantil. Este tema no puede ser dejado a la arbitrariedad del mercado como ente regulador. Existe una responsabilidad de legisladores y autoridades de salud pública que debe ser asumida", sostiene. Dragnic confirma que el mayor riesgo es justamente para los menores de dos años: "Son niños que están en una fase de su desarrollo sicológico donde es recomendable la interacción con el mundo real, y no uno de fantasía como es la televisión". Además, afirma, es sabido que la televisión tampoco favorece la estimulación ni motriz ni de lenguaje.
EL PROBLEMA ES EL ABUSO
Aunque los expertos que elaboraron el informe dicen que no hay razones para incentivar a un niño bajo 24 meses a ver TV, el neurólogo de la U. de Chile, Yuri Dragnic sostiene que ésta también puede aportar aspectos positivos, principalmente en ámbitos recreativos, informativos o de aprendizaje. "El problema es el abuso y lo más importante, lo que deja de hacer ese niño al estar tanto tiempo frente a la TV: socializa menos, se mueve menos y está expuesto a la incitación al consumo en una edad en que no tiene el discernimiento para ser un consumidor responsable y por eso come más", dice.