El primer ministro de Australia, Tony Abbott, anunció que la búsqueda en el Océano Indico del avión de Malaysia Airlines, desaparecido el 8 de marzo, cancelará el rastreo en superficie y se limitará al fondo marino. 

Abbott dijo en rueda de prensa que el operativo entrará en una "nueva fase" que centrará los esfuerzos en el lecho marino ya que considera "altamente improbable" hallar restos flotando en el mar más de siete semanas después de que se perdiera el contacto con el avión.

"En esta etapa, tras 52 días de búsqueda, la mayor parte del material se habría anegado y hundido", dijo Abbott que admitió que hasta el momento no se han encontrado pruebas materiales que verifiquen la presencia del avión en la zona.

La búsqueda submarina continuará realizándose con el sumergible no tripulado Bluefin-21, que ha rastreado sin éxito unos 400 kilómetros cuadrados de lecho marino en la zona donde se detectaron cuatro señales parecidas a las de una caja negra.

Abbott también dijo que se contratará a empresas especializadas en este tipo de tareas y que Australia buscará la contribución de otros países implicados en el operativo de búsqueda.

El coste de este nuevo operativo, que incluirá el despliegue de equipos sonares y que tardará algunas semanas para ser organizado, se calcula en unos 55,7 millones de dólares (40,2 millones de euros).

Por su lado, el director del Centro de Coordinación de Agencias Conjuntas encargado de la búsqueda, Angus Houston, indicó en la misma comparecencia, que la siguiente fase para buscar los restos del avión tardará hasta ocho meses en ser completada.

El avión del vuelo MH370 de Malaysian Airlines despegó de Kuala Lumpur en la madrugada del pasado día 8 de marzo con 239 personas a bordo y tenía previsto llegar a Pekín seis horas más tarde.

El avión desapareció de las pantallas de control de radar a los 40 minutos de su despegue y cambió de rumbo en una "acción deliberada", según las autoridades malasias, para cruzar el Estrecho de Malaca en dirección contraria a su trayecto inicial.

Viajaban a bordo 153 chinos, 50 malasios, siete indonesios, seis australianos, cinco indios, cuatro franceses, tres estadounidenses, dos neozelandeses, dos ucranianos, dos canadienses, un ruso, un holandés, un taiwanés y dos iraníes que utilizaron los pasaportes robados a un italiano y un austríaco.