Australia consiguió el tercer lugar del Mundial de rugby de Nueva Zelanda, tras derrotar a Gales por 21-18.
Los australianos jugaron al ataque y consiguieron dos ensayos, una transformación y dos golpes de castigo.
Pero un drop de Berrick Barnes decidió el partido para los "Wallabies", que se tomaron la revancha 24 años después. En 1987, durante el primer Mundial, Gales se había impuesto en el partido por la tercer puesto 22-21.
Los "Dragones", por el cansancio del torneo, no pudieron repetir las grandes actuaciones que mostraron para ubicarse entre los cuatro mejores, pero lucharon hasta el final para dejar una buena imagen en su despedida del torneo.