La Corte Internacional de Justicia (CIJ) iniciará el próximo 26 de junio las audiencias públicas referidas a la demanda presentada por Australia contra la caza de ballena en la Antártica por parte de Japón, informaron hoy medios locales.
LA CIJ anunció en un comunicado el jueves que estas vistas orales se celebrarán hasta el 16 de julio e incluirá la "intervención" de Nueva Zelanda a favor de la demanda australiana, programada para el 8 de julio.
La declaración de una "intervención" permite a un tercera parte no litigante exponer su punto de vista legal ante este tribunal de la ONU, cuyo fallo no se hará público hasta varios meses después de finalizadas las audiencias.
Australia presentó una demanda ante la CIJ en 2010 para cuestionar la validez del programa científico nipón en la Antártica, a través del cual Japón justifica la captura de cetáceos, por considerar que esconde fines comerciales y viola las convenciones internacionales y las obligaciones de preservar el hábitat marino.
Australia también busca que el Gobierno de Tokio no inicie ningún otro programa similar hasta que cumpla con sus obligaciones contempladas por el derecho internacional, según la agencia local AAP.
La semana pasada Japón anunció que su última temporada anual de caza de ballenas en aguas antárticas fue la peor desde que comenzó su "programa de investigación" en 1987 ya que cazó solo 103 ballenas "minke" y culpó del fracaso al "imperdonable sabotaje" de los activistas de la ONG Sea Shepherd, según la AAP.
Los gobiernos de Camberra y de Wellington han expresado su condena ante la caza de ballenas por parte de Japón e incluso el ministro australiano de ambiente, Tony Burke, comentó al conocer las cifras que "103 ballenas son demasiado", agregó la fuente.
El Gobierno australiano considera que la demanda contra Japón, uno de sus principales socios comerciales, "es una forma correcta de resolver diferencias legales entre dos amigos".
Japón abandonó la caza de ballenas en 1986 por una moratoria internacional, pero la retomó un año después bajo un programa con fines científicos autorizado por la comisión ballenera, a pesar del escepticismo de muchas asociaciones y países.
Otros países que también cazan ballenas o delfines para aprovechar su carne son Noruega e Islandia, así como las Islas Feroe y Groenlandia.