Los grupos civiles que tomaron las armas para defenderse del crimen organizado en Michoacán dieron hoy la bienvenida al nombramiento de un comisionado especial para restablecer la seguridad en ese estado del suroeste de México.
"Le damos la bienvenida y estamos a sus órdenes en el momento en que lo requiera", dijo hoy a la emisora MVS Estanislao Beltrán, uno de los líderes de los grupos de autodefensas, al aludir a la llegada al estado de Alfredo Castillo para dirigir los esfuerzos destinados a acabar con la ola de violencia que azota a esa región.
A través de un decreto, el presidente Enrique Peña Nieto creó el miércoles la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán y puso al frente de la misma al abogado Castillo, quien desde hace años forma parte de su círculo de confianza.
Beltrán espera que el Gobierno dé "buenos resultados" y señaló que las autodefensas estarán evaluando su trabajo en Michoacán para "determinar en algún momento" si van a entregar las armas.
Estos grupos surgieron hace un año para defenderse del cártel de Los Caballeros Templarios ante la falta de atención de las autoridades y la sospecha de que los cuerpos policiales municipales están al servicio del crimen organizado.
Los "Templarios", que surgieron a fines de 2010 como una escisión de la Familia Michoacana, se dedican a la producción y el tráfico de drogas pero también al secuestro y la extorsión, y se les atribuyen homicidios y robos a la población.
En las últimas semanas se ha agudizado una crisis de seguridad en la región ante la expansión de las autodefensas hacia más municipios de Michoacán, lo que motivó la respuesta del crimen organizado con la quema de vehículos, comercios y oficinas gubernamentales, así como el corte de carreteras.
Ante la escalada de la violencia, el Gobierno federal lanzó esta semana un vasto operativo para recuperar el control de la región de Tierra Caliente, considerada el principal feudo de los "templarios", y dio un ultimátum a las autodefensas, a las que exhortó a integrarse a los cuerpos policiales o a dejar sus armas y regresar a sus lugares de origen.