El ultranacionalista Anders Behring Breivik (33), juzgado por la muerte de 77 personas el año pasado en Noruega, afirmó hoy que no apelará si es reconocido penalmente responsable, tal y como lo desea, a pesar de que supondría enfrentarse a una contundente pena de cárcel.
"En realidad no hay ningún motivo para apelar si me declaran penalmente responsable. Así que la cuestión de si se apela o no la deberá decidir entonces sólo el juez", dijo el extremista de derecha, quien quiere ser reconocido mentalmente sano para no dejar que su ideología quede invalidada por un diagnóstico de demencia.
La salud mental de Breivik, quien reconoce los hechos recriminados pero se declara no culpable, es la cuestión clave del juicio.
El noruego fue declarado psicótico y por consecuente inhabilitado penalmente por un informe psiquiátrico oficial el año pasado. Pero este fue luego invalidado por un contra-informe que concluyó que estaba suficientemente sano de espíritu para poder responder por sus actos.
El 22 de julio, Breivik mató a 69 personas, adolescentes en su mayoría, al tirotear a jóvenes laboristas reunidos en un campamento de verano en Utoya, tras haber matado a otras ocho personas en Oslo, al colocar una bomba cerca de la sede del gobierno noruego.