Si dirigir un banco central tras una crisis financiera es complicado, hacerlo en un territorio envuelto en un conflicto militar y sin una moneda propia puede ser un desafío aún mayor. Jihad Al Wazir encabeza la Autoridad Monetaria Palestina (AMP), entidad encargada de velar por la estabilidad del sistema financiero de Gaza y la Ribera Occidental, y que aspira a convertirse en un banco central pleno en el mediano plazo.
Desde que asumió como gobernador de la AMP, ha trabajado en la construcción de lo que espera que sea una de las instituciones claves de un futuro Estado palestino. "Comenzamos a reformar la AMP en 2006. Hoy somos uno de los pocos bancos centrales en la región con un ombudsman independiente", cuenta. En paralelo, consolidaron el sistema bancario, liquidando tres bancos y reorganizando otros cinco. "Hoy tenemos 17 bancos, todos rentables y sanos", apunta, y destaca un ratio de adecuación de capital cercano al 20%, muy por encima de lo exigido por Basilea III.
La AMP modernizó la infraestructura del sistema bancario, introdujo un sistema nacional de pagos (RTGS), estableció un buró de crédito que se tradujo en una drástica caída en los créditos incobrables, de 15% en 2007 a 3,1% en 2012, y cuya información incluyó a las instituciones microfinancieras, avanzando de manera importante en la inclusión financiera.
No ha sido fácil. "Sólo controlamos parte del territorio y hay restricciones al movimiento de bienes y personas. Trasladar fondos de una sucursal bancaria a otra es complejo. Y puede ser un problema para la estabilidad financiera", señala.
Esos factores también han afectado a la economía en general. Según el Banco Mundial, el crecimiento del PIB de la Ribera Occidental cayó 0,1% en el primer semestre de 2013, la primera contracción en una década.
Pero Al Wazir es optimista. Su estricta supervisión permitió que el sistema bancario sorteara la crisis financiera de 2008 sin problemas; tanto, que hoy asesoran a otros bancos centrales, entre ellos, el de Bolivia, en temas como auditoría interna, recuperación de desastres y continuidad de operaciones.
Hace poco lograron que todas las sucursales bancarias tuvieran un generador, lo que resultó muy útil cuando Israel bombardeó la planta generadora de Gaza.
Destaca las fortalezas de la AMP. "No tenemos herencias, somos pequeños e independientes y no estamos bajo control político", dice.
Y aunque tiene que lidiar con tres monedas distintas -el shekel israelí, el dólar estadounidense y el dinar jordano- mantiene el control de la política monetaria supervisando la liquidez y manejando los requerimientos de reservas. Esperan emitir valores en dólares este mes, lo que les dará nuevas herramientas, y señala que la ley que crea el banco central ya está en trámite y debería promulgarse en 2014. "El próximo paso es la emisión de una moneda propia. Estamos técnicamente preparados y a la espera de que termine el proceso político para convertirnos en un banco central", explica.