Una multitud celebró el sábado en las calles de la capital de Liberia cuando las autoridades reabrieron un barrio de tugurios en el que decenas de miles de personas quedaron aisladas durante una semana para contener el brote de ébola que conmueve el país.
El bloqueo del vecindario West Point había provocado inestabilidad porque los residentes temían quedarse sin alimentos y agua potable en la península.
El levantamiento de la cuarentena el sábado por la mañana no significa que no haya ébola en West Point, aclaró el ministro de información Lewis Brown. Pero las autoridades están ahora más confiadas en poder colaborar con los residentes para detectar los casos, agregó.
"Están satisfechos con la manera en que las autoridades y la comunidad trabajan junto con el equipo de salud para garantizar que la comunidad esté a salvo", afirmó.
Liberia es el más afectado de los cinco países que han reportado casos de ébola en Africa Occidental, con por lo menos 694 muertos en 1.378 casos. Más de 3.000 casos se han registrado en total en Liberia, Guinea, Sierra Leona y Nigeria, inclusive el primer caso anunciado el viernes por Senegal.
Un estudiante de Guinea del que no se supo su paradero durante varias semanas se presentó el martes en un hospital en Dakar en busca de tratamiento pero ocultando el hecho de que hubiese estado en contacto con otras víctimas de ébola, confirmó la ministra de salud Awa Marie Coll Seck.
Al día siguiente, un equipo de vigilancia epidemiológica en la vecina Guinea alertó a las autoridades senegalesas de que habían perdido el rastro de alguien a quien habían estado vigilando tres semanas antes, y que podría haber entrado en Senegal.
El estudiante fue localizado en el hospital de Senegal donde fue puesto inmediatamente en cuarentena y se informó que su estado era satisfactorio, dijo Seck. Las autoridades también despacharon un equipo para desinfectar la casa donde estuvo en Senegal.