La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de América del Sur y los Países Árabes (ASPA) finalizó hoy en Lima con una declaración que rechaza el terrorismo y respalda la independencia de los palestinos.

La Declaración de Lima firmada hoy por los gobernantes fijó en líneas generales una política de profundización de las relaciones entre ambas regiones, reunidas en una cumbre de gobernantes cada tres años desde el 2005.

El anfitrión, el presidente peruano, Ollanta Humala, mencionó algunos de los principales temas aprobados en la cita, entre los cuales citó el rechazo a la proliferación de armas nucleares y el repudio a toda forma de terrorismo y violencia.

La declaración, que no fue difundida al término de la reunión por existir modificaciones al texto propuesto en la víspera por los cancilleres, respalda el derecho del pueblo palestino y de todas las naciones de la región a la independencia y a vivir en paz y seguridad, dentro de fronteras reconocidas y respetadas, según las palabras de clausura de Humala.

"En ese sentido -dijo-, hemos ratificado nuestra adhesión a las Resoluciones de Naciones Unidas sobre el particular, y hemos llamado a las partes en conflicto a retomar las negociaciones de paz en un clima de buena fe, disposición y respeto".

En la declaración se mencionó que América Latina introdujo en la discusión política el tema de las Islas Malvinas, cuya soberanía es reclamada por Argentina; la condena a la sublevación policial del 30 de septiembre de 2010, que el Gobierno ecuatoriano consideró un intento de golpe de Estado, y se subrayó la inviolabilidad de las sedes diplomáticas, en alusión al caso del asilo pedido a Ecuador por Julian Assange.

La cumbre también aprobó el intercambio de expertos en minería de cobre en Chile, de hierro en Brasil, de oro en Perú y de gemas en Colombia y Uruguay.

Ambas regiones promoverán asimismo la seguridad alimentaria, la investigación científica referida a la degradación de la tierra y la protección del medio ambiente.

En el marco de la cumbre, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, condenó la situación de Siria y abogó por respetar el proceso de democratización en esa región, conocido como la "primavera árabe".

"Es una situación que a todos nos debe preocupar porque la violencia que azota a Siria debe suscitar nuestra preocupación y nuestro interés por buscar una solución liderada por los propios sirios", indicó.

Santos defendió que los países árabes deben afrontar el cambio político "de la forma más pacífica, civilizada y democrática posible" y recordó que Colombia "fue uno de los primeros países que apoyó el proceso de liberación en Libia, y lo mantendrá hasta que este país recobre totalmente su libertad y su democracia".