El gobierno británico planea reformar el sistema de educación superior en Inglaterra, para crear universidades más competitivas y darle más poderes a los estudiantes.
Bajo los planes anunciados por el ministro para Universidades, David Willetts, los establecimientos educativos deberán competir por plazas estudiantiles, incluido con el sector privado, y quedar sujetos a más controles e inspecciones en materia de calidad de enseñanza.
Según Willetts, la reforma pondrá a los estudiantes "en el asiento de conductor".
El ministro también indicó que bajo la reforma "el dinero irá con los estudiantes" y agregó que las universidades que logren atraer a más alumnos "podrán expandirse".
El gobierno busca incentivar más capitales privados a la educación superior, al promover más opciones de consumidores y hacer que las universidades sean mejor controladas debido a que ahora los estudiantes deben pagar aranceles.
Sin embargo, el opositor Partido Laborista criticó duramente los planes oficiales, que calificó de "injustos e insostenibles".
En ese sentido, el presidente del Sindicato de Estudiantes de la Universidad de Oxford, David Barcaly, afirmó que "disfrazar a la propuesta legislativa diciendo que dará más poderes a los estudiantes es como pintarle los labios a un chancho".
"La educación no puede ser un bien que se compra y vende", agregó.