Todo comenzó en 2011, cuando Pablo Iglesias, un profesor de la Universidad Complutense de Madrid, se dio cuenta de que podía convencer a los jóvenes "indignados" para que no se quedaran protestando en la calle y crearan un movimiento político de verdad. En enero de este año, nació Podemos, partido que en pocos meses ha provocado una tormenta política en España, al punto que el establishment local está cada vez más preocupado del avance de la agrupación de Iglesias.
La alerta más contundente para el "bipartidismo" español, conformado por el oficialista Partido Popular y el opositor Partido Socialista Obrero Español (Psoe), vino en las elecciones europeas de mayo pasado. En ese momento, Podemos llevaba apenas cuatro meses como partido, pero logró nada menos que cinco escaños de un total de 54, con un 7,9% de los votos. Es decir, se convirtió en la cuarta fuerza política del país.
Luego, ese grupo político logró la inscripción de 200 mil afiliados y pronto las encuestas comenzaron a situarlo en lugares de avanzada en la política española. De hecho, un sondeo de Sigma Dos, publicado por el diario El Mundo a fines de noviembre, señaló que la agrupación ganaría las elecciones en España con un 28,3%. A su vez, el PP lograría un 26,3% y el Psoe un 20,1%.
Todo este remezón preocupa cada vez más a los partidos políticos tradicionales, pero también al empresariado. Ello, porque Podemos se ha presentado como un movimiento antisistema. Según el diario El País, "el empresariado vive con inquietud el ascenso de Podemos. La presencia cada vez mayor de esta formación, que ha dado un meneo descomunal al panorama político nacional, genera zozobra e incertidumbre".
"Hay que tomarse a Podemos muy en serio, ya se ha convertido en algo más que el experimento que se probó en las elecciones europeas. Es una realidad y también diría que una amenaza", señaló un empresario citado por este periódico madrileño. Entre las críticas que se escuchan en el establishment español resalta el hecho de que no se conocen realmente cuáles son las ideas de Podemos.
En medio de este agitado clima político, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, sorprendió esta semana al dejar la puerta abierta a una eventual coalición con el Psoe para la próxima legislatura. "Podemos es una amenaza para la democracia", señaló la número dos del PP, quien calificó al partido como de "extrema izquierda", cercano al chavismo venezolano.
La dirigenta del PP propuso una "gran coalición", en la misma línea de lo que ocurrió en su momento en Alemania. Pero este eventual pacto fue ayer rechazado de plano por el Psoe. El secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, aseguró que no habrá una gran coalición. Los socialistas consideran que en términos ideológicos, el Psoe y el PP son como "el agua y el aceite". Sin embargo, el Psoe sí se mostró a favor de buscar "soluciones" a algunos problemas. En ese sentido, ambos partidos podrían concretar acuerdos en temas como educación y energía.
Tanto analistas políticos como líderes de otras agrupaciones españolas sostienen que el Psoe podría verse en el dilema de tener que pactar con el PP o con Podemos en las elecciones generales previstas para fines de 2015.