Un avión espacial no tripulado de la Fuerza Aérea aterrizó el sábado de manera autónoma en una base militar de California, al término de una misión secreta de 15 meses.
El aparato efectuó experimentos en órbita tras su despegue en marzo de 2011 de la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral en Florida, dijeron las autoridades.
La nave no tripulada es la segunda de su tipo que aterriza de manera autónoma en la Base Vandenberg de la Fuerza Aérea, 209 kilómetros (130 millas) al noroeste de Los Angeles.
En 2010, otra nave idéntica regresó a la Tierra al término de una misión de siete meses y un recorrido orbital de 146,4 millones de kilómetros (91 millones de millas).
Para su regreso desde el espacio, la nave robot X-37B, de alas regordetas, encendió sus motores para salirse de órbita, atravesó la atmósfera y planeó como aeroplano para descender sobre la pista.
"Tras el retiro de la flota de los Transbordadores Espaciales, el programa X-37B OTV, propicia de manera singular el desarrollo de tecnología espacial", dijo el teniente coronel Tom McIntyre, administrador del programa del X-37B.
"La capacidad de los regresos (múltiples) permite a la Fuerza Aérea probar nuevas tecnologías sin la misma exposición al peligro que enfrentaron otros programas. Estamos orgullosos de los esfuerzos eficaces de todo el equipo para lograr esta conclusión sobresaliente de la misión", agregó.
Tras el regreso del segundo X-37B, la Fuerza Aérea tiene previsto lanzar de nuevo la primera nave en el tercer trimestre aunque no hay fecha exacta.
Ambos vehículos mellizos son parte de un programa militar en el que se experimenta con tecnologías para naves espaciales reutilizables y de control autónomo robotizado.
Aunque la Fuerza Aérea subraya que el objetivo fue probar la propia nave espacial, el carácter secreto de la carga a bordo suscita todo tipo de conjeturas sobre los propósitos de su misión.
Algunos expertos aficionados consideran que la nave llevaba un sensor experimental de satélite espía debido a la inclinación con la que se desplazaba a baja órbita, lo cual sugiere que recababa información de inteligencia y no tenía como fin las telecomunicaciones.
El astrofísico de Harvard, Jonathan McDowell, que dirige la publicación Jonathan's Space Report, la cual da seguimiento a los lanzamientos espaciales y satélites en el mundo, consideró posible que la nave estuviera probando algún nuevo sistema de imágenes.