El Solar Impulse, un aeroplano que se moviliza por energía solar, pero capacitado para volar por la noche, concluirá en las próximas horas en Nueva York un vuelo de costa a costa por Estados Unidos.
Esta mañana, el avión inició la última etapa, al partir desde Washington con destino a Nueva York.
El viaje de costa a costa, que comenzó el 3 de mayo desde el Moffet Air Field de la NASA, cerca de San Francisco, realizó etapas en Phoenix, Dallas, St. Louis y Washington.
El avión estuvo comandado por el suizo Andre Borshberg, quien se alternó en varias etapas con Bertrand Piccard, también suizo, y nieto de exploradores.
Se estima que el vuelo entre Washington y Nueva York será realizado en unas 21 horas, por lo que su arribo está previsto para el domingo por la madrugada.
El Solar Impulse, concebido en 2003, es un aparato monoposto y muy ligero, pero con una apertura ala de un Airbus 340 (64 metros). Sus cuatro motores y su hélice son alimentados por una serie de baterías que provienen de cargas de 12.000 células solares.
"Es un periplo en el que todo el mundo está muy emocionado", dijo Piccard, según transcripciones de la prensa local, que también precisó que Borschberg pilotará la etapa final.
La travesía de Estados Unidos fue "más difícil de lo previsto debido al estado del tiempo: hubo muchos tornados, tormentas, por lo cual varios de nuestros vuelos fueron retrasados o postergados", apuntó Piccard. "A pesar de todo sigue siendo un gran éxito", subrayó.
OBJETIVO DE LA TRAVESIA
El objetivo del periplo es la promoción de tecnologías que utilizan energías renovables. "Nuestro objetivo no es sólo cruzar Estados Unidos, este proyecto debe ser útil para la sociedad, para mostrar a la gente cuán eficaz puede ser el mundo utilizando tecnologías limpias", aseveró el suizo.
En cada escala, el avión ha estado en exhibición entre una semana y diez días, para que los interesados pudieran verlo y hablar con los pilotos.
PROBLEMAS
Los problemas del aparato incluyen una pequeña cabina vulnerable a las turbulencias y falta de sanitario, por lo que los pilotos deben aliviarse utilizando una botella de plástico en viajes que duran entre 20 y 24 horas.
Pese a ser una distancia relativamente corta, el que realizar en las últimas horas es un vuelo de larga duración. El aparato, de avance lento, estará entre dos de los aeropuertos más concurridos del mundo y fue obligado a despegar muy temprano por la mañana y aterrizar muy avanzada la noche, cuando el tránsito aéreo es mínimo.
La aeronave es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 72 kilómetros por hora (45 millas).
El vuelo de costa a costa es de preparación para uno que en 2015 buscará dar la vuelta al planeta con una versión mejorada del avión.