A fines de 2002, José María Aznar era uno de los pocos líderes mundiales que se mostraban públicamente a favor de la intervención militar de EE.UU. en Irak. El mandatario George W. Bush contaba únicamente con el apoyo de Reino Unido, Polonia, Portugal y España.
En la segunda parte de sus memorias, titulada El compromiso del poder, y que se lanzará el próximo jueves, el ex jefe de gobierno español recuerda los eventos antes del ataque a Irak ocurrido en 2003, mencionando también el rol de Chile como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU: "Se planteó la conveniencia de buscar una nueva resolución del Consejo de Seguridad que actuara, si llegaba el caso, como desencadenante de la acción militar. El primer ministro británico Tony Blair y yo mismo aconsejamos esa inicia- tiva... Bush, de nuevo, aceptó volver al Consejo de Seguridad, en la confianza, compartida con Blair, de que, entre otros, México y Chile le apoyarían y de que Francia no utilizaría su veto". Así, Aznar señala que Bush y Blair confiaban en que los dos países latinoamericanos que entonces formaban parte del consejo se unieran a la posición norteamericana. Finalmente, ninguno de los dos gobiernos apoyó la acción de EE.UU., que finalmente atacó sin el respaldo del consejo.
Según un documento citado en 2007 por el diario español El País, cuatro semanas antes del ataque, Bush le comentó a Aznar que el entonces Presidente chileno Ricardo Lagos "debe saber que el acuerdo de libre comercio con Chile está pendiente de confirmación en el Senado y que una actitud negativa en este tema podría poner en peligro esa ratificación".
En el libro, el ex mandatario español (1996-2004) aborda otros hechos importantes. Así, dedica un apartado al golpe de Estado en Venezuela en abril de 2002. Relata que en 1999, cuando por primera vez visitó el Palacio de Miraflores, "Chávez era, o al menos parecía, un tipo con el que se podía llegar a acuerdos, dentro de sus singularidades". A continuación, niega las acusaciones que se hicieron respecto de su supuesta participación en la organización del golpe en Caracas. "Mira, Hugo, si yo hubiera querido dar el golpe y lo hubiera organizado, te aseguro que tú ahora no estabas aquí", le dijo Aznar a Chávez en una tensa cena en Lima, donde el mandatario español le reclamó a su par venezolano que estaba "harto" de sus acusaciones.
El libro también narra cómo, según Aznar, en medio de la intentona golpista de 2002, el líder cubano Fidel Castro le pidió que sacara a Chávez de Venezuela y lo llevara a España. "Mi respuesta a los cubanos fue tajante: yo no iba a sacar a Chávez de Venezuela. Primero, porque nunca lo haría a petición de un tercero, y, segundo, porque si accedía (...) me acusarían de formar parte del golpe".
Otra revelación se relaciona con los atentados con bombas de 2004 en Madrid. Aznar dice que la inteligencia española no certificó la autoría de la ETA en el atentado. Ello, pese a que el gobierno culpó en un primer momento a la banda terrorista vasca, que finalmente no resultó ser la responsable.