Luego de que ayer cayeran bombas de estruendo en el duelo entre Universidad de Chile y Santiago Wanderers, de inmediato vino a la memoria cuando este tipo de proyectiles fueron lanzados desde la Garra Blanca hace unos meses en La Florida.
En esa oportunidad, Colo Colo fue sancionado con un partido sin público y tres sólo con abonados, accionistas y socios al día. Por eso es que desde Blanco y Negro pidieron que también se castigue a Universidad de Chile. "Sería el colmo de la discriminación si lo dejan pasar", dijo Carlos Tapia.
Y en Azul Azul se defendieron. "A diferencia de lo ocurrido en el último partido en que se establecieron sanciones, que se disputó en el Estadio Municipal de La Florida y cuyo lapso de suspensión alcanzó las dos horas, a lo que se sumó el desalojo de estadio y la caída de proyectiles en la cancha, el encuentro de ayer sólo estuvo detenido por 8 minutos", argumentó en un comunicado.
Además, "no fue necesario el desalojo de ningún sector del estadio y los jugadores no estuvieron en peligro por el lanzamiento de proyectiles".
Asimismo, en la concesionaria señalaron "en el partido disputado ayer, válido por al segunda fecha de la Copa Chile, no se produjo ningún incidente en las afueras del Estadio Nacional, a diferencia de lo ocurrido en La Florida, donde hubo serios disturbios y millonarios daños a la propiedad pública y privada".
En tanto, este martes el Club Universidad de Chile presentará una querella criminal contra el responsable de la detonación de un petardo, durante el partido contra Santiago Wanderers, disputado ayer domingo 9 de septiembre en el Estadio Nacional.
"No descansaremos hasta que no quede ningún violentista en los estadios. Queremos que las familias puedan ir tranquilas a los estadios", recalcó el presidente de Universidad de Chile, José Yuraszeck.
"Nuestra institución hizo absolutamente todo lo posible y necesario para generar un ambiente seguro", agregó Yuraszeck.
"La Intendencia y Carabineros de Chile ya detuvieron a uno de los responsables de detonar petardos durante el partido, quien confesó y reconoció que el ingreso de los explosivos –cuyo tamaño no supera la tapa de un lápiz- se hizo con niños menores de 10 años, quienes no pueden ser revisados por la seguridad pública", complementó Azul Azul en el comunicado.