Más allá del exitoso proceso deportivo y financiero que ha encabezado, Yuraszeck considera fundamental para la proyección del club el fortalecimiento de su rol social. En ese sentido, la apuesta institucional seguirá siendo fortalecer las divisiones inferiores, una opción que, además de ofrecerles mayores variantes para el primer equipo, ya les ha brindado millonarios réditos, como la transferencia de Angelo Henríquez a Manchester United en más de cinco millones de dólares, a mediados del año pasado.
"Cuando llegamos, después de la quiebra, los niños del Fútbol Joven sólo tenían una cancha de tierra para entrenar y sus camarines eran un container de construcción. Hoy, cada serie -desde la Sub 8 hasta los juveniles- tiene camarines individuales y gimnasios distintos de los del primer equipo. Hoy, CDA es un centro deportivo de alto rendimiento de nivel internacional", explica.
Sin embargo, la preparación para la competencia no es el único propósito que persigue el club. "Nos interesa mucho formar buenos futbolistas. Pero, más que ello, queremos generar buenas personas. Es por eso que en el CDA funciona un colegio, en que los jugadores jóvenes estudian y obtienen su licencia de educación media. Ya lo han logrado muchachos como Igor Lichnovsky, Sebastián Martínez, Valber Huerta, Sebastián Leyton, entre otros. En dos años, 26 jugadores juveniles de la 'U' lo han conseguido. Esto es muy importante para nosotros, pues muchos de ellos vienen de familias de condiciones económico-sociales muy desventajosas y, por otra parte, es evidente que sólo algunos llegarán al primer equipo y también algunos dejarán el fútbol. Queremos que estén preparados para enfrentar la vida más allá del fútbol", puntualiza.