Alejandra y Marcela, las jóvenes protagonistas de esta historia, plantan bombas en mitad de la noche cuando un tercer personaje, José Miguel, visiblemente mayor que ellas, les propone sin tapujos iniciar una guerra: "Solíamos matar reyes. Solíamos matar a millonarios. Y ahora todo lo que hacemos es dejar amenazas en internet. Por eso les estoy ofreciendo la oportunidad de comenzar una guerra". Ni una de las dos teme ir a parar a la cárcel, repleta de amigos suyos a estas alturas, pero la insospechada propuesta de ese desconocido parece desconcertarlas al punto de hacerlas dudar y echar pie atrás con todo.

Así arranca B, el texto inédito con que el dramaturgo y guionista chileno Guillermo Calderón (1971) acaba de hacer su debut oficial, el jueves, en el Royal Court Theatre de Londres, uno de los principales escenarios de Inglaterra. En marzo de 2011, el autor de Escuela y Mateluna ya había dirigido allí una lectura dramatizada de su obra Villa + Discurso, recuerda desde la capital británica, pero desde el primer momento esta nueva invitación tuvo otro sentido.

Reclutado hace 12 años por , coordinadora del programa de escritores internacionales del teatro británico, Calderón no solo se encargaría de trazar una nueva historia; además se involucraría en todo el proceso, seleccionando actores, supervisando la puesta en escena. "La idea es que se proyecte la voz de un autor en su totalidad", decía el dramaturgo a La Tercera en junio pasado, cuando ya se sabía que el inglés Sam Pritchard se haría cargo de la dirección general del montaje.

"Estuve sentado al lado del director y tuvimos reuniones diarias para discutir el texto y los ensayos", cuenta Calderón: "El trabajo de Sam Pritchard es un esfuerzo profundo por entender la obra y resolverla en el escenario, y hay un respeto por el texto y una voluntad por descubrir la profundidad a la que puede llegar. Me interesa mucho ver lo que hacen otros grupos con mis obras, aunque en el caso del Royal Court el énfasis está puesto en hacer lo que la obra pide. El director busca llevar el texto al escenario y no poner su interpretación en primer plano. Es el sello de cómo se dirige aquí. La dramaturgia siempre está en primer lugar", añade.

Protagonizado por un elenco ciento por ciento británico -Paul Kaye, Danusia Samal, Sarah Niles y Aimée-Ffion Edwards-, el texto traducido por William Gregory expone múltiples visiones sobre la forma en que se ejerce -y hereda- la violencia en los tiempos que corren, tanto en Chile como el resto del mundo, así como una despiadada crítica a las generaciones posteriores a la transición democrática de fines de los 80 y comienzos de los 90. "Trato de entender la violencia y de examinarla en su complejidad. Esta obra busca hacer eso metiéndose en la intimidad de dos mujeres jóvenes que perfectamente podrían estar aquí (Londres) o allá (Chile). Da igual dónde estén, sobre todo hoy", dice Calderón.

Codo a codo

Pritchard y el dramaturgo chileno se conocieron hace un año, en el foyer del mismo teatro donde se presenta B hasta próximo el 21 de octubre. Recién cuando algunas de las obras de Calderón fueron traducidas al inglés y al interior del Royal Court, Pritchard quiso hacerse cargo de la dirección de alguna. "Como todos los dramaturgos brillantes, Guillermo escribe con profunda complejidad en lugar de una postura polémica", opina el director nacido en 1975. "B es una exploración extraordinaria de cómo una violencia profundamente arraigada dentro de una sociedad puede manifestarse en una generación más joven sin que ellos hayan tenido experiencia directa de la fuente de esa violencia. Es un estudio de cómo la violencia se mueve a través de un país, su lenguaje, sus ideas y su política", agrega.

Durante el proceso, Pritchard pudo ver los mismos montajes de Escuela y Mateluna que se estrenaron en nuestro país. "Ambas obras son extraordinarias", afirma. "Siempre me ha parecido que el trabajo de Guillermo es un verdadero matrimonio entre lo estético y lo político. Las imágenes que presenta son de repuesto pero altamente teatrales. El mundo en el que se desarrolla su obra es libre y abierto a la imaginación, pero también rico en imágenes". Calderón, sentado junto a él al momento de contestar esta entrevista, concluye: "La motivación es siempre ayudarme a pensar los temas que me interesan. En este caso también pensé en las obras de Harold Pinter y Caryl Churchill al momento de escribir, y que son escritores muy vinculados a la historia del Royal Court. Veo la dramaturgia también como un diálogo, si no quizás no tendría ningún sentido".