Con la figura de Ernesto "Che" Guevara como telón de fondo, a las 17.35 de ayer, en Cuba, la Presidenta llegó al monumento de José Martí en la Plaza de La Revolción, en La Habana, para entregar una ofrenda floral. En el lugar fue recibida por la guardia de honor del Estado Mayor General, la que musicalizó los himnos de ambas naciones.
La escena se produjo momentos antes de que la Mandataria iniciara una cita bilateral con su par cubano, Raúl Castro, que comenzóa las 19.10 en el Palacio de La Revolución. Bachelet estuvo aproximadamente 30 minutos con Castro, a puertas cerradas, y posteriormente hubo una reunión ampliada, de 15 minutos, donde se sumó la delegación política que acompañaba a la Presidenta y parte del gabinete del gobernante cubano. Tras el encuentro, no hubo punto de prensa ni comentarios sobre lo abordado.
Así, Bachelet puso punto final a su última visita a la isla como Presidenta, viaje que generó críticas desde la oposición y de dirigentes de la DC, que presionaron para que, durante su estancia en ese país, abordara la situación de los derechos humanos y se reuniera con la disidencia.
En ese contexto, Bachelet tuvo una agitada agenda en el último día de su visita oficial. A las 8.30 de la mañana (horario local), llegó hasta el Hotel Nacional para participar del seminario Perspectivas de Comercio e Inversiones Chile-Cuba, instancia en la que defendió la política de relaciones exteriores de su administración, mencionando, entre otros ejes, los derechos humanos, aunque sin aludir a la situación en ese país. "En pocas semanas más culmino mi gestión. La política internacional de mi gobierno ha estado dirigida a impulsar el entendimiento entre los pueblos, la democracia, los derechos humanos, favorecer la paz, fortalecer las relaciones económicas y trabajar en cooperación en los diferentes ámbitos", sostuvo. En esa línea, destacó los avances en la relación comercial entre ambos países e hizo un llamado implícito al próximo gobierno de Sebastián Piñera a seguir en la misma senda. "Confiamos en que esa línea -que tan buenos resultados ha tenido en, por ejemplo, la creciente presencia de Chile en América Central y el Caribe y, por cierto, en Cuba- seguirá siendo una tónica predominante", señaló.
El ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba, Rodrigo Malmierca, en tanto, agradeció el apoyo del Estado chileno en la lucha contra el bloqueo económico estadounidense.
"El bloqueo económico comercial y financiero impuesto por el gobierno de los EE.UU. mantiene plena vigencia y provoca inmensos daños al pueblo cubano y es el principal obstáculo a nuestro desarrollo", señaló Malmierca.
Tras participar del foro económico, la Mandataria tuvo su agenda más política antes de la cita con Castro: se reunió con el Arzobispo emérito de La Habana, Jaime Ortega, para luego trasladarse a la Escuela Salvador Allende. Fue allí donde se firmó un acuerdo marco de cooperación entre el Hospital Exequiel González y el Hospital Pediátrico de La Habana.
Mientras, en Chile, Piñera se sumaba a los cuestionamientos a Bachelet, especialmente por no haberse reunido con la disidencia. "Cuba no es una democracia, tampoco hay libertades y respeto a los DD.HH., y si yo fuera Presidente, y como lo hice cuando visité Cuba, sí me reuniría con la disidencia y con los cubanos que están luchando por recuperar su libertad, democracia y Estado", dijo.