En sus primeros días de mandato, la Presidenta Michelle Bachelet ha tratado de imprimirle celeridad a la gestión. En el gobierno dicen estar conscientes de que cuatro años son poco para el programa, que contempla una reforma tributaria, cambiar el sistema educacional y una nueva Constitución.
Hasta la fecha, la Mandataria ha enviado siete proyectos al Congreso. De esas iniciativas, tres se transformaron en ley (Bono Marzo, beneficios de recolectores de basura y medidas para pescadores afectados por el terremoto del norte). Además, Bachelet debió promulgar otras dos leyes que Piñera no alcanzó a firmar, pero que eran parte de la anterior administración. En su primer mes de gobierno en 2010, Piñera tenía una ley publicada, de cinco proyectos enviados.
Dentro de su plan de 100 días, Bachelet ha cumplido ocho medidas: el Bono Marzo, el envío de la reforma tributaria, la comisión para la regionalización, el delegado para los recursos hídricos, el fondo para la pesca artesanal, el proyecto del Ministerio de la Mujer, la delegada de la reconstrucción y el Consejo Nacional de la Infancia.
La celeridad de la Presidenta para sacar el programa
El debut de las actividades de Michelle Bachelet tras asumir como Mandataria fue liderar su primer consejo de gabinete en La Moneda, a las 7.45 horas. En ese encuentro, la Presidenta hizo un llamado especial a sus ministros: comenzar a dar señales, desde el primer día, de la celeridad con que se está trabajando para sacar adelante su programa de gobierno. Bachelet no se ha quedado atrás. Gran parte de las jornadas de la Mandataria se inician antes de las ocho de la mañana, donde realiza desde visitas a terreno hasta actividades protocolares al interior de La Moneda. Hoy, su principal foco está en sacar adelante las 50 medidas para los primeros 100 días. Para eso ha llegado a tener hasta seis actividades por día.
En términos comunicacionales, la Mandataria limita sus vocerías a declaraciones que están estrictamente relacionadas con sus anuncios programáticos o con sus visitas a terreno. De hecho, sólo un par de veces ha aceptado responder preguntas tras sus actividades, tal como lo hizo en la campaña presidencial. Así, las reacciones oficiales frente a temas de contingencia se limitan generalmente al vocero de gobierno, Alvaro Elizalde. Su estricta agenda de trabajo, sin embargo, debió ser abruptamente interrumpida luego del terremoto del 1 de abril en el norte del país, donde, tras analizar junto a la Onemi y el ministro del Interior el estado de la zona, decidió viajar de emergencia a Iquique y Arica, para revisar in situ el estado de la zona. Esta vez, y a diferencia de 2010, la Mandataria se limitó a esperar la información emanada desde Interior, centrando en Rodrigo Peñailillo la mayor parte del manejo de emergencia.
Peñailillo pasó de eventual interpelado a rostro de Palacio
El debut en Palacio del jefe de gabinete se inició con una serie de críticas a su gestión, luego de que ocho autoridades designadas para trabajar como subsecretarios y gobernadores tuvieran que renunciar por cuestionamientos públicos, como conflictos de interés y problemas judiciales, entre otros. Tras este episodio, desde la Alianza evaluaron una posible interpelación en contra de Peñailillo, la que finalmente terminó diluyéndose. Fue su manejo de la crisis del terremoto en el norte lo que le permitió dejar atrás los cuestionamientos por su falta de experiencia política. Desde el oficialismo destacan la forma en que Interior abordó las primeras horas tras el sismo. En la Alianza señalan, por su parte, que la emergencia sepultó definitivamente la posibilidad de la interpelación.
Elizalde y las vocerías poco confrontacionales
Las vocerías del ministro de la Segegob, Alvaro Elizalde, han estado marcadas por un discurso "políticamente correcto" -dicen en el Ejecutivo-, que busca evitar las confrontaciones. Así, Elizalde se limita a expresar la opinión del gobierno.
Desde la Secretaría de Comunicaciones de La Moneda se le ha recomendado que en cada una de sus intervenciones sólo comente anuncios de carácter oficial, como el ingreso de proyectos de ley o la conformación de comisiones de trabajo. También se le ha sugerido expresar respuestas muy moderadas frente a temas de contingencia y conflictos legislativos o en los partidos del oficialismo y la oposición.
Pese a no tener un cronograma definido, las vocerías se realizan, generalmente, cuatro veces a la semana.
Arenas, el principal gestor legislativo del gobierno
El ministro de Hacienda, Alberto Arenas, fue el primer representante del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet en visitar el Congreso, para exponer sobre el llamado bono permanente de marzo.
Una semana después, debutaron en la sede del Legislativo el resto de los ministros, que por entonces recién estaban en proceso de instalación en sus respectivas carteras.
El jefe de finanzas públicas, sin embargo, tenía una ventaja respecto del resto de sus pares de gabinete. Arenas había sido el redactor del programa de Bachelet, por lo que conocía el detalle de las distintas leyes y medidas comprometidas. Así, mientras varios ministros siguen todavía evaluando su agenda legislativa, cuando asumió el titular de Hacienda ya tenía diseñada una batería de proyectos. Entre éstos figuraban el mencionado Bono Marzo y la reforma tributaria, que fue enviada al Congreso a inicios de abril y ha copado la agenda en las últimas semanas.
Tampoco es casual que de las tres leyes propias que ya ha publicado Bachelet, dos lleven la firma del ministro de Hacienda (el Bono Marzo y la iniciativa sobre recolectores de basura).
A eso se ha sumado la estrategia del secretario de Estado de exponer sobre el cambio tributario en poblaciones, y no sólo en escenarios académicos, políticos, sindicales o empresariales.
Esta semana estuvo exponiendo a vecinos en un centro cultural de La Florida.
La idea es contrarrestar las críticas del empresariado y de parlamentarios.
Rincón despliega agenda política
La ministra de la Segpres, Ximena Rincón, se ha convertido en la persona encargada de sacar adelante el cambio a la Constitución comprometido por la Presidenta en su programa. Esto, pese a que el ministro de Justicia, José Antonio Gómez, también esperaba tomar un rol protagónico en el proceso. A la espera del inicio de ese debate, la secretaria de Estado está a cargo de la reforma del voto de chilenos en el exterior y es parte de las conversaciones por el sistema binominal.
Eyzaguirre mide cada uno de sus pasos en Educación
El primer mes de Nicolás Eyzaguirre como ministro de Educación ha estado marcado por las reuniones con cerca de una veintena de actores.
El 11 de marzo, cuando llegó al Mineduc, comprometió un encuentro con los funcionarios, que lo esperaban con discursos y pancartas. Dos días después, invitó a la Confech a una reunión que se celebró un mes más tarde.
Eyzaguirre, casi siempre acompañado por Miguel Crispi -asesor de Revolución Democrática-, ha sostenido reuniones con profesores, alcaldes, sostenedores, secundarios y apoderados. Con ellos ha abordado los tres proyectos de reforma que se enviarán antes del 21 de mayo: fin al lucro, fin al copago y fin a la selección. Además, con rectores, universitarios, parlamentarios y expertos ha discutido sobre financiamiento y gratuidad.
Uno de los momentos tensos de su gestión fue cuando La Moneda decidió suspender tres proyectos del gobierno de Piñera (financiamiento, superintendencia y acreditación). Eyzaguirre, quien no ha presentado ninguna iniciativa al Congreso, trató de descomprimir el ambiente con la Alianza y dijo que estas leyes sólo estaban en revisión.
Gómez juega en el borde del programa de gobierno
La gestión de José Antonio Gómez como ministro de Justicia tuvo su primera polémica a pocos días de asumir, cuando, al exponer en la Comisión de Constitución de la Cámara, puso en discusión el matrimonio homosexual. Este tema no genera consensos en la Nueva Mayoría y no es parte de la agenda inmediata del gobierno de Michelle Bachelet.
Posteriormente, en una entrevista con La Tercera, el ministro insistió en que continúa siendo partidario de la asamblea constituyente, tema que el gobierno también evita abordar. Desde La Moneda se ha manifestado la incomodidad que existe con Gómez por su intención de poner en el tapete temáticas que fueron parte de sus propuestas como candidato presidencial y que hoy son parte de una agenda personal.
La dupla de Muñoz y Burgos
El canciller Heraldo Muñoz y el ministro de Defensa, Jorge Burgos, han sido los rostros frente al proceso de implementación del fallo de La Haya por la demanda peruana. Muñoz, por su rol como jefe de la diplomacia, y Burgos, por lo que le compete a la Armada, como brazo jurisdiccional marítimo. Por ahora, la reunión con ministros peruanos sigue pendiente.