El martes pasado, faltaba una hora para la cadena voluntaria de radio y televisión, que a las 20.50 realizó Michelle Bachelet, y algunas autoridades que abandonaban a esa hora La Moneda aún desconocían el contenido del sorpresivo mensaje presidencial.
El discurso de la Mandataria había sido filmado cerca del mediodía en el salón Toesca, y a diferencia de otras cadenas grabadas, en esta ocasión el círculo de asesores de Bachelet se había cuidado de no llamar la atención con el movimiento habitual de camiones satelitales, equipos y personal de la productora de TVN.
La decisión de realizar un mensaje al país, la misma tarde de la masiva proclamación de Sebastián Piñera en el Arena Santiago, había sido adoptada el lunes en la tarde. Sólo el grupo de asesores del segundo piso, integrado por el jefe de Comunicaciones, Juan Carvajal; la jefa de Prensa, Paula Walker, y la directora de Programación, María Angélica Alvarez, sabía de la medida. Los ministros del comité político no habían sido alertados.
Pasadas las 18.00 trascendió la existencia de una mensaje presidencial, a través de una convocatoria que llegó a algunos canales y radios para sumarse a la cadena. El contenido se mantuvo en reserva, aunque a algunos directivos de TV se les dio luces de que el tema estaría relacionado con el Bicentenario. Algunos rumores especularon con un anuncio sobre las relaciones con Bolivia o un nuevo paquete económico.
No obstante, en el mensaje no hubo mayores sorpresas. La Presidenta repasó medidas sociales. Lo más cercano a un anuncio fue el relanzamiento de la medida que consiste en entregar un ajuar a cada recién nacido en el sistema público.
Fuentes de gobierno señalaron que siempre actúan con sigilo, que habitualmente no se informa a los ministros y que se busca mantener el efecto sorpresa. Agregan que ha habido otras cadenas sin anuncios, como en la revolución pingüina y para el Transantiago. Sin embargo, en el primer caso se anunció una reforma a la calidad de la educación y, en el caso del plan de transportes, no se trató de una cadena, sino de una conferencia de prensa.
En La Moneda defienden que el principal eje del discurso del martes no eran los anuncios, sino el mensaje de optimismo tras las crisis y la gripe, episodios que habían sido abordados por la Mandataria en cadenas anteriores. Desde la Alianza, sin embargo, varios dirigentes y el propio Sebastián Piñera cuestionaron la oportunidad de la cadena.
Asesores de Palacio señalan que había una lógica detrás y motivos para celebrar. "Al partir el mes de la Patria se inicia una nueva etapa en un año que ha sido difícil, la Presidenta tiene todo el derecho de dirigirse al país", dijo la vocera Carolina Tohá, quien consideró injustificadas las criticas.