Pasadas las 18 horas de ayer, el jefe de los escoltas que acompañan a la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Michelle Bachelet, salió de la casa de veraneo de la ex mandataria en Caburgua y caminó hasta la orilla del lago para entregar un mensaje.
La tarde del jueves, la ex presidenta había llegado sorpresivamente hasta la Región de La Araucanía, para pasar unos días de descanso junto a su familia.
Su arribo a Chile generó una fuerte expectación, sobre todo en el bloque opositor, en donde esperan un pronunciamiento formal sobre su eventual candidatura presidencial, asunto que -según sus cercanos- no abordará durante su estadía.
Bachelet buscó ayer descomprimir el ambiente y comunicó -a través de su escolta- que no tiene contemplada ninguna intervención pública durante su paso por el país, que se prolongará -según se informó- por al menos una semana.
En esa misma línea, Bachelet notificó que buscaba estar "tranquila" y pidió "respetar" su decisión de no hacer declaraciones mientras permanezca descansando en la IX Región.
Y reiteró -tal como dijo en su última visita a Chile, que se prolongó por 16 días, entre el 20 de diciembre y el 4 de enero- que el tema de una posible repostulación a La Moneda lo abordará recién en marzo próximo.
Ayer, su madre, Angela Jeria, afirmó que no fue advertida con antelación del desembarco de la ex jefa de Estado. Consultada por La Tercera, Jeria dijo que "lo único que sé es que ella tenía muchas ganas de venir, pero que estaba muy ocupada. No he hablado con ella, es muy difícil comunicarse con ella allá", remató.
A poco más de 24 horas del arribo de Bachelet se comenzaron a conocer detalles de su ingreso al país. En el entorno de la ex mandataria se señaló que ésta provenía de Sudáfrica, tras encabezar actividades organizadas por ONU Mujeres, y que visitó Buenos Aires para reunirse con su hija Francisca Dávalos, quien se encuentra estudiando en la capital argentina.
Tras ese encuentro, Bachelet se trasladó en una camioneta roja, junto a sus escoltas, hasta San Martín de los Andes, lugar en el que decidió -entre varias alternativas- ingresar a Chile por Curarrehue y cruzar el paso fronterizo Mahuil Malal.
Al llegar hasta la orilla del lago Caburgua, se trasladó en lancha hasta su casa, en un recorrido de 22 kilómetros, durante casi 40 minutos.
En ese lugar optó por refugiarse y evitó transitar por los alrededores.
Ayer, de hecho, no se dejó ver y permaneció todo el día -en el que llovió intensamente- al interior de su casa, una construcción de dos pisos emplazada en un terreno de casi cinco mil metros cuadrados, que comparte junto a un grupo de amigas y miembros de su círculo más cercano, como la ex directora de la Junji Estela Ortiz.
A pesar de su discreción, su llegada provocó un fuerte movimiento policial en la zona y la instalación de un perímetro de seguridad que, a diferencia de los años en que era presidenta, esta vez sólo restringe el paso por tierra alrededor de su casa.
El cerco, sin embargo, puede ser modificado según los requerimientos de la ex jefa de Estado.
VISITA DE PIÑERA
Los movimientos de Carabineros también se daban ayer, en paralelo, a 10 kilómetros de distancia de la propiedad de Bachelet, alrededor de la casa de veraneo que también tiene a orillas del lago Caburgua el Presidente Sebastián Piñera.
El Mandatario arribó al lugar junto a miembros de su familia cerca de las 21.20 horas de anoche. Según afirmaron fuentes de Palacio, el Presidente permanecerá ahí al menos durante los primeros días de la próxima semana, para trasladarse posteriormente al Lago Ranco.
Si bien en el gobierno no existe información respecto de un posible encuentro entre Piñera y Bachelet, la posibilidad de que ambos se reúnan es vista con atención tanto desde el oficialismo como desde la oposición. Y es que en otras oportunidades, cuando han coincidido en la zona, así ha sucedido. Antes de que ambos fueran investidos como presidentes, mientras veraneaban con sus respectivas familias en el lugar, sostuvieron reuniones de carácter informal.
Sin embargo, tanto en el tiempo en que Bachelet ejerció la presidencia de la República, como durante la actual administración de Piñera, esos encuentros no se han repetido.