"No vamos a fallarle a Chile, ni a nuestra democracia ni a nuestra historia". Las palabras de la Presidenta Miche-lle Bachelet adornaron ayer el breve acto de firma del proyecto de ley que ingresará al Congreso a primera hora de hoy y que busca reformar el capítulo XV de la Constitución.
Se trata de uno de los pasos finales comprometidos en el proceso constituyente: antes de enviar el proyecto de nueva Constitución, la Mandataria hará llegar hoy al Parlamento la iniciativa que abrirá el debate sobre el mecanismo que regirá para cambiar la reforma a la actual Carta Fundamental.
El capítulo XV es precisamente el que se debe reformar para cambiar la Constitución y contiene tres artículos (127, 128 y 129), a los cuales se agregará un cuarto, es decir, el 130.
Según una minuta conocida ayer, el proyecto de ley establecerá que el Congreso Nacional, "con el voto conforme de las dos terceras partes de los senadores y diputados en ejercicio, podrá convocar a una Convención Constitucional para la elaboración de una nueva Constitución".
El anuncio de la Presidenta provocó inmediatas reacciones e interpretaciones, pues se trata de un diseño distinto al que ella misma había anunciado. En el plan original, la reforma al capítulo XV habilitaría al próximo Congreso, con los parlamentarios elegidos en noviembre próximo, para iniciar la discusión sobre el mecanismo, incluyendo cuatro alternativas: una comisión bicameral, una convención constituyente mixta de parlamentarios y ciudadanos, una asamblea constituyente y la opción de convocar a un plebiscito para que sea la ciudadanía la que decida entre las alternativas anteriores.
Por lo anunciado ayer, la Mandataria se inclinó por empujar al actual Congreso a definir el mecanismo: primero con el envío de la reforma al capítulo XV y 60 días después de su aprobación y posterior promulgación, el envío de una ley orgánica constitucional que definirá lo que será esta Convención Constitucional.
Aunque varios sectores y parlamentarios interpretaron que se trataba de una opción que dejaba fuera de margen a los otros mecanismos propuestos originalmente, y, especialmente a la asamblea constituyente (AC), la propia Mandataria explicó que la configuración que tome esta convención, dependerá del debate parlamentario.
"La forma y composición que tome la Convención Constitucional no está cerrada a ninguna alternativa. Esto es parte central del debate que debe iniciar el Congreso con este proyecto de ley", dijo Bachelet.
En la minuta se explicita que dicha ley orgánica regulará la convocatoria a dicha convención, "la forma de integración, el sistema de nombramiento y elección de sus integrantes, su organización, sus funciones y atribuciones, como también los mecanismos de participación ciudadana".
Se trata de una ley orgánica constitucional que regirá todos estos detalles y deberá ser aprobada por los 3/5 de los senadores y diputados, es decir, un quórum simple.
Una vez que la convención apruebe el proyecto de nueva Constitución, el gobierno agregará una disposición transitoria que permitirá al Presidente convocar a un plebiscito para aprobar por mayoría absoluta la nueva Carta Magna, proceso eleccionario que será obligatorio.
Institucionalidad
"Con esta propuesta, viable dentro del actual marco institucional, estamos siendo consistentes con la existencia de un carácter democrático, institucional y participativo de cada etapa del proceso", dijo la Mandataria al término de su alocución.
Aunque al principio rondaban las dudas entre parlamentarios de la Nueva Mayoría, a medida que la Presidenta y el gobierno salieron ayer a explicar su nuevo diseño constitucional, comenzó a instalarse la idea de que se trataba de un camino institucional, dejándole amplio margen al Congreso para que busque los acuerdos necesarios.
"La Presidenta eligió un camino bastante inteligente: no planteó las cuatro alternativas que se habían anunciado en cadena nacional hace más de un año, sino que planteó una sola, pero con nivel de indeterminación y una falta de definición que permite abrir el debate", comentó ayer el diputado PS Leonardo Soto, integrante de la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, por donde ingresará hoy el proyecto.
"Entiendo, por lo que dijo la Presidenta que la ley definirá y que está todo abierto", dijo, por su parte, la presidenta del PS, Isabel Allende.
Otros parlamentarios interpretaron que se trataba también de una estrategia para conseguir el respaldo de la oposición: una de las fortalezas del proyecto es que no se cambia el quórum o barrera de entrada para reformar el capítulo XV, es decir, mantiene los 2/3 de senadores (25) y diputados (80), lo que obliga al gobierno a conseguir el respaldo de la oposición o parte de ella. ¿El problema? En Chile Vamos anunciaron que no respaldarán la ofensiva del gobierno y que no están disponibles para iniciar ahora el debate constitucional, considerando que se trata de un año electoral.