Hasta el frontis del Palacio Planalto, en Brasilia, llegó a las 9.40 horas de ayer la Presidenta Michelle Bachelet para reunirse con su par Dilma Rousseff, dando inicio así a su primera visita oficial a Brasil en lo que va de su segundo mandato.
La Mandataria, quien arribó este miércoles pasadas las 22.30 horas hasta la capital brasileña, estuvo acompañada en la cita por los cancilleres Heraldo Muñoz y Luiz Alberto Figuereido, en un encuentro marcado por la expresión de voluntad de los dos países de reimpulsar las relaciones políticas, comerciales y económicas durante los próximos años.
A la cita con Rousseff, la Presidenta asistió en compañía de los integrantes de la delegación chilena, es decir, unas 15 personas, entre autoridades e invitados especiales, quienes siguieron de cerca la ceremonia protocolar con la que fue recibida Bachelet.
Entre los convocados a la comitiva oficial se encontraban tres empresarios representativos del sector: Hermann von Mühlenbrock, presidente de la Sofofa; Juan Claro, presidente de Embotelladora Andina, y Gonzalo García, presidente del Consejo Empresarial Chileno-Brasileño.
Pese a que la invitación de estos altos representantes del mundo empresarial se enmarcaba dentro del contexto de la suscripción de un acuerdo comercial entre la Sofofa y la Confederación Nacional de Comercio de Brasil, la invitación de la Mandataria fue vista en algunos sectores políticos como una señal de buenas relaciones entre el gobierno y el empresariado. Esto, en medio de la discusión de la reforma tributaria que por estos días se debate en el Senado, proyecto que ha enardecido los ánimos políticos y ha sembrado dudas en los gremios empresariales del país. De hecho, en la primera etapa de tramitación de la reforma en la Cámara de Diputados, un reclamo recurrente del mundo empresarial fue la ausencia de espacios de diálogo para plantear sus reparos y observaciones.
Pese a ello, tanto desde el gobierno como del sector empresarial aseguran que hoy el estado de las relaciones entre ambas partes se mantiene en buenos términos. Sobre todo, considerando que el gobierno se ha abierto a una tramitación más abierta de la reforma en el Senado.
Si bien durante el viaje no ha existido un espacio de conversación sobre el tema entre la Mandataria y sus invitados, ayer la Presidenta aludió al significado de la presencia de los representantes gremiales en el viaje.
"Creemos que tenemos una relación normal con los empresarios de nuestro país y hemos trabajado incluso para que el país siga creciendo, siga desarrollándose y hemos lanzado dos agendas que, estoy convencida, los empresarios ven con extraordinario interés", dijo la Mandataria desde los jardines de la embajada de Chile en Brasil.
Por su parte, los empresario, junto con reconocer que existen importantes reparos y diferencias respecto de la reforma tributaria, aseguraron ayer que el foco está puesto en colaborar con el gobierno.
"El hecho de no estar de acuerdo con alguna política que se pretende implementar, como es el caso de la reforma tributaria, que no estamos de acuerdo, no creemos que le hace bien al desarrollo de Chile, no implica que no podamos estar de acuerdo en muchas otras cosas y podamos tener siempre muy buenas relaciones", aseguró ayer desde Brasil Gonzalo García.
En esta misma línea, el presidente de la Sofofa precisó que hoy "no es un tema que estén mejor o peor las relaciones. Creo que es muy importante que estas relaciones sean estrechas y que tengamos una visión común".
OFENSIVA COMUNICACIONAL
Durante el viaje de Santiago a Brasilia, realizado el miércoles en la noche, el canciller Heraldo Muñoz sostuvo una conversación informal con los tres empresarios invitados.
Más allá de abordar la importancia de retomar los vínculos políticos y comerciales entre Chile y Brasil -los cuales no fueron prioridad durante el anterior gobierno-, la conversación también versó sobre la demanda boliviana contra Chile ante La Haya por una salida soberana al mar.
En el diálogo se destacó la importancia de dar cuenta de la unidad de todos los sectores del país frente a este litigio internacional.
"Más allá de la contingencia de la política económica chilena, desde mi perspectiva, la importancia de este viaje es mostrar un país unido que profundiza las relaciones políticas con Brasil", aseguró ayer Claro.