A sus 23 años, el puertorriqueño Bad Bunny comienza a hacerse un lugar en el panteón del reggaetón latino y son varios los que ya lo ubican como la próxima estrella global del género. Con esa expectativa, el más popular exponente de la música trap aterrizó la semana pasada en Chile, para realizar su primera gira por el país: un recorrido maratónico de ocho fechas en seis días que finalizaba anoche en Concepción con un balance agridulce, luego de los incidentes ocurridos durante dos shows que terminaron empañando el exitoso paso del solista, evidenciando además algunos vicios que persisten en la industria local.
Los problemas comenzaron en la cuarta fecha, luego de tres recitales que se desarrollaron con normalidad y alta afluencia de público en Temuco, La Serena y Viña del Mar. Fue el viernes pasado, en Ritoque, donde una improvisada tarima vip para alrededor de 200 personas terminó cediendo por el peso, a lo que le siguió un guerra de botellazos en el público que terminó llegando hasta el escenario y obligó al artista a acortar su presentación. Incluso, algunas versiones hablan de una posterior balacera en las afueras del recinto.
La noche siguiente, en Espacio Broadway, el show también finalizó antes de lo presupuestado luego de un confuso incidente en la audiencia que en un primer momento fue descrito como balacera, aunque personal de Carabineros que llegó hasta el lugar descartó dicha versión. Lo más grave tuvo lugar a la salida del evento, cuando un sujeto en estado de ebriedad que había asistido al recital atropelló y causó la muerte de dos jóvenes, por lo que fue formalizado y quedó con arresto domiciliario nocturno.
María José Iturra, promoter manager de Weeshing, la firma a cargo de la visita de Bad Bunny, aclara que cada fecha fue trabajada por una productora distinta, por lo que los inconvenientes responden a la inexperiencia de los promotores a cargo de estos dos shows en particular. Precisamente, los que se agregaron a la agenda del cantante recién durante la semana pasada y a causa del éxito de ventas del tour. "Los productores locales no tenían el conocimiento que tenemos nosotros y terminó afectando en parte nuestra relación con el artista", comenta.
José Antonio Aravena, propietario de Espacio Broadway, comparte esta visión. "No puede salir un tipo a cantar a las 3.00 de la mañana, si el artista tiene como objetivo llegar al Festival de Viña se tienen que elegir mejor los lugares en los que se presenta. Si hubiese sido la misma productora para toda la gira tal vez los resultados hubiesen sido distintos", comenta, y pone como ejemplo lo ocurrido la noche del domingo en el Teatro Caupolicán, recinto que él también administra y donde el show del puertorriqueño se llevó a cabo sin inconvenientes.
En este último caso y precisamente a raíz de los incidentes del viernes y el sábado, la producción reforzó la seguridad y agregó paletas detectoras de metales en los accesos. "Contratamos guardias adicionales y sumamos dos ambulancias, pero al final no llegó nadie a enfermería", detalla Iturra, quien de todas formas cuenta que un 5% del público que había comprado su entrada desistió de asistir por lo ocurrido durante el fin de semana.
Regreso en noviembre
Los problemas surgidos en el tour pusieron en alerta a los encargados de la próxima visita a Chile de Bad Bunny, quien este 26 de noviembre encabezará la nueva versión del Festival Frontera en el Hipódromo de Santiago. Aunque para Leonardo Valeria, director de la productora Transistor -a cargo de la cita-, lo ocurrido en Ritoque y Espacio Broadway tiene dos denominadores comunes: la venta de alcohol y el horario en que salió a cantar el artista.
En ese sentido, asegura que el festival que organiza desde 2013 nunca ha enfrentado problemas de este tipo, ya que "Frontera es para todas las edades, termina temprano y no se vende alcohol", dice. Junto con esto, aclara que por ahora no se ha evaluado reforzar la seguridad de la cita más allá de la empresa privada que les ha prestado servicio durante las cinco ediciones anteriores.