Claudio Baeza, con 23 años, se transformó al inicio de esta temporada en el dueño de las pelotas detenidas en Colo Colo. El joven volante de contención corre y toma el balón cada vez que hay un lanzamiento de esquina o un tiro libre para los albos. Un valor añadido que exhibe uno de los jugadores más exportables de Macul.
En el cuerpo técnico de Pablo Guede revelan que la nueva responsabilidad del oriundo de Los Ángeles no nació de la casualidad ni de un capricho del técnico o del propio futbolista. Al contrario, la decisión de autorizarlo para patear los balones parados nace de la planificación y del análisis táctico.
Primero que todo, el mediocampista goza de una cualidad escasa en el fútbol chileno: la buena pegada. Según apuntan desde el staff del argentino, el remate de larga distancia es una de las grandes virtudes que posee Baeza, quien no se cansa de demostrarlo durante cada práctica en el Monumental. Esto, además de su técnica. De hecho, durante sus primeros años jugó de 10.
Evidentemente, lo anterior no era ningún misterio para Guede. Tampoco lo fue para otros técnicos que pasaron por Pedreros como Héctor Tapia o José Luis Sierra. La técnica del sureño siempre fue altamente valorada en el conjunto blanco, tanto en las divisiones inferiores, donde se formó, como cuando subió al primer equipo.
Sin embargo, la labor que realizó en la pretemporada en La Serena fue clave, al igual que el fichaje de Jorge Valdivia. Ambos factores confluyeron en el nuevo estatus del centrocampista.
"Tiene que ver con una cuestión de lógica futbolística y táctica. El encargado de las pelotas paradas era Ramón Fernández. Sin embargo, con la llegada del Mago, Ramón perdió mucho espacio, algo que era absolutamente previsible. Por lo mismo, había que buscar un nuevo pateador. Y Claudio fue el elegido por su gran capacidad de remate, entre varios otros motivos", explican en el cuerpo técnico del DT transandino.
No obstante, no sólo la habilidad para pegarle al balón fue considerada por Guede en su determinación, sino que también su posición en la cancha, así como su velocidad y potencia física.
"Con Claudio como responsable de ejecutar los tiros libres y los lanzamientos de esquina corremos menos riesgos, considerando que en caso de perder el balón y ser víctimas de un contragolpe, a él le cuesta menos volver a posiciones defensivas por su rapidez y fortaleza, a diferencia de otros jugadores titulares. Esto quedó demostrado en las prácticas y en los trabajos que realizamos en La Serena", agregan en el cuerpo técnico del Cacique.
Esta situación sólo puede variar en casos especiales, apuntan desde el círculo íntimo del técnico albo, como, por ejemplo, cuando exista una opción clara de gol a través de un tiro libre frontal al arco rival.
En estos casos, Jaime Valdés, Esteban Paredes y Jorge Valdivia tienen la prioridad para disparar, lo que no quita tampoco que Baeza pueda pedir el balón.