El rey de Bahrein Hamad bin Issa al Jalifa decretó hoy el estado de excepción por tres meses después de que se registraran violentos enfrentamientos con dos muertos y cientos de heridos en la capital Manama y en la localidad de Sitra entre manifestantes y miembros de las fuerzas de seguridad.

Un soldado saudita, que aún no fue identificado, fue asesinado hoy a manos de manifestantes antigubernamentales en el barrio de Salmaniya en Manama, según aseguró una fuente de las fuerzas de seguridad sauditas en Riad bajo condición de anonimato.

Además perdió la vida una persona que protestaba y cientos de personas resultaron heridas en disturbios en todo el país, señalaron fuentes opositoras.

Los incidentes se produjeron un día después de que el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) enviara unos mil soldados a Bahrein para ayudar a las fuerzas de seguridad del reino árabe a controlar las protestas antigubernamentales.

Los Emiratos Arabes Unidos enviaron a su vez a 500 efectivos a petición del gobierno bahreiní. Además llegó un pequeño contingente de Qatar. El CCG está integrado por Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, los Emiratos Árabes Unidos y Omán.

Grupos opositores y defensores de derechos civiles tacharon el despliegue de fuerzas extranjeras en el país de "ocupación" y solicitaron protección a la Secretaría General de Naciones Unidas.

Más de 10 mil manifestantes protestaron en la embajada de Arabia Saudita en Manama en contra de la "intervención" del Golfo Pérsico.

No obstante, los efectivos del dispositivo conjunto del CCG no eran hoy visibles en las calles del reino. La plaza Lulu en la capital Manama, centro de las protestas desde hace más de un mes, estaba vacía y muchas tiendas permanecían cerradas.

La mayoría de residentes se quedó en sus casas después de que medios informaran de ataques y robos por bandas de matones durante la noche. En algunos barrios de la capital civiles levantaron barricadas.

También la policía del reino ha desaparecido de las calles coincidiendo con reportes de violencia sectaria entre la mayoría chiita en el país y la gobernante minoría sunita.

Irán expresó hoy su rechazo a la interferencia del CCG en la convulsa situación interna de Bahréin. "Nosotros creemos que las demandas del pueblo de Bahrein son legítimas y deben ser respetadas", dijo el portavoz del Ministerio iraní de Relaciones Exteriores, Ramin Mehmanparast, a la prensa en Teherán.

"Cualquier interferencia externa solo complicaría aún más la situación", advirtió el portavoz en alusión al despliegue en Bahréin de soldados de la fuerza de intervención del CCG.

Muchos observadores en el Golfo consideraron, sin embargo, que el gobierno iraní, liderado por chiitas, está tratando de incitar a sus hermanos en Bahrein y Arabia Saudí contra los gobernantes sunitas de esos Estados.

Estados Unidos así como el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ya mostraron su rechazo a la incursión de tropas extranjeras en Bahrein. La Casa Blanca llamó a la moderación, a respetar los derechos del pueblo bahreiní y a actuar en aras de un diálogo. Ban Ki-moon advirtió contra una escalada de los enfrentamientos entre los manifestantes y la familia real sunita.

Los manifestantes que iniciaron sus protestas el pasado 14 de febrero exigen que el Parlamento electo tenga mayores atribuciones. Demandan a su vez el fin de la política de la naturalización de los árabes sunitas, la lucha contra la corrupción así como la igualdad de oportunidades entre chiitas y sunitas para la ocupación de puestos funcionariales y políticos. Una parte de los opositores cuestiona además el poder del gobierno y de la familia real.