Del vinilo al casete, al CD, al mp3, al streaming. Del disco de oro con 10.000 copias vendidas a sólo cinco mil ejemplares. Todos son cambios que se han vivido en la industria musical en tan sólo dos décadas y le han dado un giro en 180 grados.

Esas transformaciones son registradas e interpretadas por el periodista Manuel Maira en su nuevo libro Bajen la música: el nuevo paisaje de la industria discográfica, lanzado a través de Ediciones B, que analiza el fenómeno, pero con los pies puestos siempre en Chile. "Me surgió la necesidad de dejar un registro de estos cambios que me ha tocado vivir desde el periodismo. La motivación es de aportar algo que permanezca en el tiempo para seguir desarrollando la discusión", explica el también autor de Canciones del fin del mundo.

El segundo libro de Maira, que será presentado en la Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa), toca temas como el auge de servicios como Spotify y Youtube, la desaparición de la música física y la manera en que nos relacionamos con la música en la actualidad. "Yo creo que el concepto de piratería ya ha desaparecido. No se habla en ese término ni se ve al pirata vendiendo CD en la calle", dice Maira. "Para un artista que está partiendo, los servicios de streaming son un beneficio, porque no tiene ningún sentido que pongan un disco caro a venderse antes de ser conocido".

El texto también analiza la explosión de la música en vivo en el país. "Pasamos de la realidad de hace 20 años, donde se impidió un concierto de Iron Maiden por 'satánico', a la actualidad, donde la gente compra entradas a un festival donde aún no sabe quiénes conforman el cartel", recalca Maira.

Respecto a dónde se encuentra ubicado el músico chileno en este escenario, el periodista opina: "Se pueden aprovechar las nuevas tecnologías. Cada artista está a un clic de ser escuchado en cualquier parte del mundo". Pero Maira también enfatiza que todo tiene su precio: "Ser independiente no es el paraíso. El panorama de hoy está demasiado segmentado y hace que sea difícil que logren una masividad. Hay una lucha del músico en construir una audiencia, porque en Chile somos pocos y a los que realmente les gusta la música, menos", asegura.