A principios de diciembre de 2012, el Ministerio de Salud amplió su campaña de vacunación contra la meningitis W-135, a nivel nacional. Una nueva cepa ingresó al país y las autoridades sanitarias consideraron inmunizar a toda la población de entre 9 y 5 años. Se trata del grupo de riesgo que alertó al gobierno y generó la necesidad de crear una estrategia de protección en capullo: es decir, resguardar la salud de los menores, generando un efecto rebote hacia resto de la población.
El balance del Ministerio de Salud al cual tuvo acceso La Tercera, revela que en 2013 más del 50% de los casos por desarrollo de la enfermedad, se manifestaron en personas sobre los 40 años, sumando 42 de un total de 83.
En 2012 en cambio, más del 50% de los casos correspondieron a menores de 5 años.
A la fecha se han registrado 83 casos por W-135, confirmados por el Instituto de Salud Pública (ISP). Del total, han fallecido 19 personas por contraer la bacteria meningocócica, correspondiendo ocho víctimas fatales al rango etáreo de entre 40 y 60 años. Sólo murió un menor de 9 meses, en lo que va del año.
Lo que se produjo también según las estadísticas, fue una disminución de la letalidad, proporcional a la cantidad de casos. En 2012, estaba en el orden del 30% y actualmente en el orden del 24%.
Todo indica entonces, que si bien en 2012 la amenaza del contagio y fallecimiento a causa de esta bacteria era preocupante en menores de 5 años, hoy el gobierno considera en riesgo a los mayores de 40.
El cambio se debe a que la campaña de vacunación permitió revertir el riesgo de muerte para los más vulnerables: los infantes.
En medio de este escenario, el gobierno decidió finalmente incluir una vacuna contra la meningitis W-135, en el Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI), situación que regirá a partir del 2 de enero de 2014. La novedad es que se utilizará una dosis distinta a la que se ha estado usando hasta ahora, que implica dos dosis a los 9 y 12 meses de edad.
NÚMEROS POSITIVOS: "SE ESPERABA QUE FUERAN MÁS DE 100"
Desde el Minsal, el subsecretario de Salud Pública, Jorge Díaz, explicó a La Tercera que el gobierno ha observado "que en el resto del grupo se comporta como estimábamos", pero que el panorama resultó ser mejor de lo esperado: "Esperábamos un aumento de los casos y se ha producido en el grupo de los mayores, pero pensábamos que llegaríamos a niveles superiores a los 100, incluso con la campaña puesta en marcha", aseguró.
Díaz recalcó que la importancia de que haya variado el grupo de riesgo, tiene que ver en parte con la multiplicidad de secuelas a las que se arriega un menor de cinco años, tras contagiarse por la bacteria W-135: "Desde la sordera, hasta consecuencias más graves como la epilepsia, trombosis arterial e incluso pérdida de la conciencia", comentó.
MAYORES DE 40 DEBEN PREVENIR
Según el subsecretario, "la vacuna es limitada y se recomienda sólo hasta los 50 años de edad", haciendo referencia a que la dosis no formaría parte de una estrategia efectiva para proteger a la población mayor de 60 años.
"No es posible hacer un bloqueo completo en el caso de este rango etáreo. Las tasas de incidencia son muy bajas, por lo tanto las medidas de prevención que propiciamos son aquellas que van a generar una estabilización de la enfermedad", aclaró.
La población de entre 40 y 60 años, deberá tomar una actitud presuntiva frente al tema: Lavarse las manos frecuentemente, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, evitar el intercambio de saliva a través de chupetes, mamaderas, juguetes u otros utensilios que los niños se lleven a la boca y ventilar las viviendas principalmente.