La balanza comercial registró un superávit de US$380 millones en julio debido principalmente a la caída de las importaciones ante una debilitada demanda interna, en una nueva señal que presionaría al Banco Central por un próximo relajamiento de la política monetaria.
Según los datos dados a conocer este jueves por el instituto emisor, los envíos alcanzaron a US$6.479 millones en el séptimo mes, un alza del 2,2% interanual. El incremento de las exportaciones estuvo impulsado por un leve repunte del sector industrial y de la minería del hierro.
Los envíos de cobre, del que Chile es el mayor productor mundial, alcanzaron a US$3.279 millones en julio, el mismo nivel anotado en igual mes del año pasado.
Entre enero y julio, las exportaciones llegaron a US$45.498 millones, un alza interanual del 0,8%.
Las importaciones, en tanto, llegaron a US$6.098 millones, una baja del 6,7%, arrastradas por una marcada desaceleración del consumo de bienes durables, como automóviles, computadores y televisores, lo que fue mitigado parcialmente por un salto en las compras de petróleo.
Con todo, la caída en las importaciones es una nueva señal que suma a otras recientes cifras de la economía local que afianzan un escenario de fuerte desaceleración de la actividad doméstica, lo que podría llevar a nuevos recortes de la tasa clave de la economía en el corto plazo.
Para apuntalar la actividad doméstica, el Banco Central ha reducido su tasa referencial en 125 puntos base desde octubre y mantiene abierta la puerta a recortes adicionales.
Con las cifras de julio, Chile acumuló un saldo positivo en su balanza comercial de US$5.484 millones entre enero y julio, por encima de los US$1.648 millones de igual período del año pasado.