Con su propuesta de una "nueva política" prometía convertirse en la "tercera vía" alternativa al duopolio del poder que desde hace 20 años ostentan en Brasil el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). Pero con la decepcionante votación obtenida el domingo por la candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB), la ecologista Marina Silva, quedó demostrado que los brasileños optaron por la política tradicional. Así, de cara a la segunda vuelta presidencial del próximo 26 de octubre entre la Presidenta Dilma Rousseff y el socialdemócrata Aécio Neves, Brasil vuelve a reeditar la histórica polarización entre ambas fuerzas políticas que se da desde 1994 y de una segunda vuelta que se repite entre los dos partidos desde 2002.
"El enfrentamiento entre Dilma y Aécio transformará la elección presidencial de este año en un capítulo más de la histórica rivalidad entre el PT y el PSDB, los partidos políticos que controlaron el poder central en las últimas dos décadas", destacó ayer el diario Folha de Sao Paulo. Mientras que la columnista del diario O Estado de Sao Paulo, Dora Kramer señala que "la segunda vuelta reproducirá una vez más la polarización entre el PT y PSDB, esta vez con una diferencia mucho más apretada".
En efecto, Folha recordó que la votación de Rousseff en primera vuelta fue "el peor desempeño del PT" desde 1998. Dilma obtuvo 43 millones de sufragios, equivalentes al 41,59% de los votos. En la primera vuelta de 2010, ella conquistó el 46,91% del electorado. Este año venció en 15 estados, tres menos de los logrados en el primer turno de la elección pasada. Los mejores desempeños de la presidenta, en términos proporcionales, fueron registrados en el noreste, la zona más pobre del país e histórico bastión del PT. En Piauí, Maranhão y Ceará, rondó el 70% de los votos válidos. En el noreste, según una serie de encuestas de Ibope, casi uno de cada tres electores son beneficiados por, al menos, un programa social de gobierno.
Neves, por su parte, ganó en nueve estados más el Distrito Federal, el que a última hora arrebató a Marina Silva. En la división de votos por regiones, Aécio sacó ventaja en relación con la candidata del PSB en el sur, el sudeste -la zona más rica del país- y en el centro-oeste. La cantidad de votos del PSDB creció, por ejemplo, en todos los estados del sur, además de los tres mayores colegios electorales del país: Sao Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais. El alza de Neves (quien obtuvo 33,55%) se explicaría principalmente por su conquista de más de 10 millones de sufragios en Sao Paulo, que registra 32 millones de votantes. Así, mientras el candidato del PSDB logró el 44,47% en ese estado, Rousseff solo alcanzó al 25,75%. En 2010, la petista obtuvo allí el 46,9%. En el sur, Rousseff ganó solo en Río Grande do Sul, su cuna electoral.
Según asesores presidenciales, el noreste es estratégico para contrabalancear el peso de Sao Paulo. El resultado de las elecciones, con una votación de Neves mucho mayor a la que el gobierno esperaba, obligó a cambiar la estrategia del PT y forzó a Rousseff a reiniciar ayer mismo su campaña. Así, con el fin de reforzar sus votos en el noreste, la mandataria viajó a Salvador de Bahía para agradecer el 61% de los votos obtenidos en ese estado y pedir a los electores que sigan trabajando por su reelección.
En la misma dirección, la mandataria va a participar hoy de una reunión en Brasilia con gobernadores del oficialismo para que trabajen en los estados donde se requiere mejorar la votación, como Santa Catarina. Según O Estado, Rousseff va a enfocarse también en Minais Gerais, Sao Paulo y Río de Janeiro, al tiempo que los estados del sur van a ser tratados como prioridad para ganar apoyos. Asimismo, asegura el diario, el ex presidente Lula intentará buscar los votos que Silva obtuvo en Pernambuco.