Los prestamistas del país podrían necesitar infusiones que van desde 70.000 millones de euros hasta 105.000 millones de euros para absorber las pérdidas y mantener no obstante ratios de capital por encima de los umbrales establecidos en la legislación el año pasado, escribieron analistas de Moody's ayer en un informe.

Esto se compara con el déficit de 53.700 millones que se encontró la semana pasada cuando los funcionarios encargaron una prueba de solvencia con la intención de disipar dudas acerca de la capacidad del sector financiero para resistir pérdidas.

"Las sumas de recapitalización publicadas por España están por debajo de lo que consideramos que los bancos españoles necesitan para mantener la estabilidad en nuestros escenarios adverso y muy adverso", dijeron los analistas María José Mori y Alberto Postigo, en el informe.

"Si los participantes en el mercado son escépticos respecto de la prueba de solvencia, el sentimiento negativo podría socavar los esfuerzos del gobierno destinados a restablecer totalmente la confianza en la solvencia de los bancos españoles".

España anunció los resultados de la prueba, llevada a cabo por la firma consultora de gestión Oliver Wyman, después de encargar la revisión de 14 prestamistas como parte de las condiciones para obtener un rescate europeo de 100.000 millones de euros para su banca. Los prestamistas experimentaron pérdidas por más de 180.000 millones de euros ligadas a los créditos inmobiliarios incobrables.

El gobierno ordenó a los bancos en febrero y mayo reconocer pérdidas de activos inmobiliarios por 84.000 millones de euros.

Escenario extremo La cifra de 53.700 millones de euros tiene en cuenta las fusiones en curso y los activos fiscales diferidos, dijeron Banco de España y el Ministerio de Economía en un comunicado fechado el 28 de septiembre. Sin esos efectos, el déficit asciende hasta 59.300 millones de euros, según el comunicado. La estimación es inferior al déficit de 62.000 millones de euros hallado por Oliver Wyman en junio.

Demostrar la capacidad de los prestamistas para resistir un escenario extremo –una contracción económica de tres años- forma parte de la campaña emprendida por el gobierno para demostrar que está recomponiendo la economía en tanto debate al mismo tiempo si pide o no otro plan de rescate.

Si bien muchas hipótesis en la prueba de solvencia fueron conservadoras, algunas pueden ser cuestionadas, dijo Moody's. La prueba utilizó un ratio de capital básico de 6 % con un escenario tensionado, en tanto la firma de calificaciones supuso ratios de capital de 8 % a 10 %, según el informe. La tasa utilizada por Irlanda para esta prueba, con una reserva incluida, fue de 9 %.

La revisión no mostró ningún déficit en el caso de siete prestamistas españoles, entre éstos, Banco Santander SA, Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA y Banco Sabadell SA. El grupo Bankia, un prestamista nacionalizado, tenía un déficit por 24.700 millones de euros y Banco Popular Español SA tenía un faltante de 3.220 millones de euros. Banco Popular cayó más del 6 % ayer cuando la entidad dijo que intentará recaudar 2.500 millones de euros con una venta de acciones y suspender su dividendo correspondiente a octubre.

Si bien Moody's expresó preocupación ante el hecho de que el gobierno subestimara las necesidades de capital de los bancos, una recapitalización sigue siendo no obstante "intrínsecamente positiva respecto del crédito" para todos los prestamistas del país ya que involucraría más capital y más bancos que las iniciativas anteriores, dijo la firma calificadora.