Cuesta creerlo, pero la realidad es dura. Después de dos décadas de exitosa carrera, en donde le anotó a Chile en el Mundial de Francia 1998 y además fue compañero de Iván Zamorano en Inter de Milán y de Marcelo Salas en Lazio, Christian Vieri se declaró en bancarrota. Su empresa BFC, de la que el jugador y su madre formaban parte, quebró, con un pasivo estimado en 16 millones de euros.
Sin embargo, este fue sólo el último episodio que marcó la ruina del "Toro". De hecho, había creado esta empresa para dar estabilidad a sus ahorros, los que ya habían sido tocados en aficiones como el póker y las mujeres. Ahora, para tener dinero en el diario vivir, aspira a convertirse en entrenador.
El caso del ex seleccionado italiano, también ex compañero de Jaime Valdés en Atalanta, no es único. De hecho, el listado de deportistas consagrados que viven complicados en el aspecto económico es amplio. Un repaso:
MIKE TYSON
El ex campeón de peso pesado sumó cerca de 300 millones de ganancias, pero se declaró en quiebra en 2003. El despilfarro fue una de las causas de la bancarrota, al gastar varios millones de la divisa en joyas, ropa y otros bienes, además financiar la adicción a la cocaína años atrás.
Junto con ello, debió gastar una gran cantidad de dinero en la defensa judicial cuando fue acusado por violación. Durante el juicio, que se extendió por tres años, no produjo ingresos.
Para vivir, el estadounidense asiste permanentemente a charlas y eventos, en los que cobra cantidades ostensiblemente menores a las bolsas por las que acostumbró pelear en sus mejores días.
SCOTTIE PIPPEN
El ganador de seis anillos de la NBA con los Chicago Bulls perdió más de 120 millones de dólares, merced a inversiones fallidas en negocios de aviación, comida para gourmets y la construcción de un complejo de lujo que fue un fracaso. Tras la bancarrota, el retirado jugador militó en equipos de Finlandia para ganar algo de dinero.
MARION JONES
La múltiple medallista olímpica comenzó con su debacle económica cuando debió devolver las medallas ganadas en Sidney 2000 por haberlas conseguido con dóping, y debió pagar onerosas multas por competir con sustancias ilícitas. Con una condena de cárcel incluída, sus ingresos cayeron prácticamente a cero, por lo que se vio obligada -incluso- a vender la casa de su madre.
PAUL GASCOIGNE
Se estima que el ex compañero de Sebastián Rozental en Glasgow Rangers malgastó alrededor de 22 millones de dólares, financiando su peor vicio: el alcoholismo y las drogas. En 2010, perdió su casa y se declaró oficialmente "en situación de calle", por lo que se vio obligado a pedir ayuda a la Asociación de Futbolistas Profesionales de Inglaterra.
Posterior a ello, varias veces ha caído internado por problemas derivados de sus adicciones. En 2013 intentó suicidarse.
CASO ESPECIAL: JEAN-MARC BOSMAN
Quien fuera el artífice de una ley que lleva su nombre y que cambió el fútbol -e hizo que muchos se hicieran millonarios- hoy vive en la miseria, arruinado y con problemas de alcoholismo. "Cambié la historia del fútbol y lo pagué muy caro", declaró en enero pasado a La Tercera.
"De hecho estoy sin un trabajo propiamente tal y vivo con el apoyo de la ciudad (a través del CAPS, Centro Público de Acción Social). También entiendo que el país y Europa están en crisis, pero sin duda que afecta no poder vivir por tus propios medios", completó.
Otro grupo de deportistas consagrados, ya fallecidos, vivieron sus últimos días en la miseria, a pesar de haber ganado dinero suficiente como para un final tranquilo.
GEORGE BEST
La ex estrella de Manchester United fue considerado como el "Quinto Beatle". Talentoso, extravagante, rebelde, desbocado, nunca pudo superar el alcoholismo. Un par de frases que lo marcaron: "En 1969 dejé las mujeres y el alcohol, fueron los peores veinte minutos de mi vida"; "He gastado mucho dinero en mujeres, alcohol y coches. El resto lo he despilfarrado".
GARRINCHA
Murió en enero de 1983 a los 49 años en un hospital de Río de Janeiro, con sus órganos devorados por el alcohol. Su tumba hoy está abandonada.
GIUSEPPE MEAZZA
El astro italiano cuyo nombre es el del estadio San Siro murió en 1979, acabado por la pobreza y una cirrósis merced al alcoholismo y la ludopatía.
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