El Banco Central mantiene una estrecha vigilancia sobre la apreciación del peso, aunque éste se mantiene aún en línea con los fundamentales de largo plazo, aseguró ayer el presidente del instituto emisor, Rodrigo Vergara, a la agencia Dow Jones.
Sobre la intervención del instituto emisor en el mercado cambiario para adquirir dólares y, de esa forma, sostener la cotización del tipo de cambio, Vergara aseguró que si bien esa herramienta existe, no representa el fin de todos los males de la moneda, precisando que siempre hay costos y beneficios.
"El Banco Central no tiene una fórmula mágica para controlar el tipo de cambio", dijo Rodrigo Vergara. "Los controles de capital, por ejemplo, pueden distorsionar el mercado y, a veces, simplemente no funcionan en absoluto", agregó.
El presidente del ente rector, que viajó ayer a Davos, Suiza, para participar en el Foro Económico Mundial, señaló que el aumento de la productividad sería una mejor manera de hacer frente a la pérdida de competitividad que produce una moneda más fuerte.
"Las reformas estructurales son realmente la manera de hacer frente a la fortaleza del peso y hemos visto algunas mejoras en la productividad de Chile en los últimos años", dijo.
Según Vergara, Chile no ha visto un aumento significativo de flujos especulativos de corto plazo y los ingresos de capitales registrados son principalmente de largo plazo, particularmente inversiones, y han sido compensados con la salida de capitales chilenos al exterior, de empresas y de AFP.
Vergara dijo que está "satisfecho" de que sus advertencias sobre la posibilidad de una burbuja inmobiliaria en desarrollo en algunas partes del país hayan sido tomadas en cuenta. "Estoy convencido de que nuestro mensaje fue escuchado", puntualizó.
En Davos, Vergara participará mañana como líder de discusión en dos sesiones. La primera abordará cómo las políticas monetarias y fiscales no convencionales impactan a las economías. En la segunda se analizará el futuro del capita- lismo y si las crisis económicas mundiales son la nueva norma.