El banco central de China inyectó una cifra neta de 365.000 millones de yuanes (US$57.920 millones) en los mercados de dinero esta semana, dijeron operadores, la mayor inyección semanal hasta la fecha, en momentos en que reguladores luchan por mantener la liquidez sin generar inflación frente a la ralentización de las entradas de divisas.
"Fue un poco excesivo", dijo un operador de un banco de propiedad estatal en Pekín, en reacción al tamaño de la inyección.
"Esto significa que no habrá un recorte a los requerimientos de reserva (de los bancos) probablemente en el corto plazo", agregó.
La inyección tiene por objeto impedir un potencial racionamiento de liquidez a corto plazo en los bancos comerciales.
Los bancos chinos necesitan captar dinero tanto para cumplir con las exigencias de reservas del banco central, medidas al final del trimestre, y también necesitan dinero en efectivo como para cumplir con los requisitos de abstinencia durante el período feriado de la próxima semana.
China usó repos reversos para inyectar 290.000 millones de yuanes el martes y 180.000 millones de yuanes el jueves, compensados por la expiración de repos reversos por un total de 107.000 millones de yuanes, que drenó liquidez.
Durante la mayor parte de la década pasada, el Banco Popular de China (PBOC, por su sigla en inglés) se ocupó de esterilizar las entradas de capital extranjero, y utilizó las operaciones de mercado abierto principalmente para drenar liquidez del sistema.
Pero a medida que la inversión extranjera en China –en particular, los flujos especulativos apostando sobre el apreciamiento del yuan- han disminuido, el banco se ha convertido en un proveedor neto de efectivo en el mercado.
También se ha recurrido cada vez más a las herramientas de precisión a corto plazo, específicamente los repos reversos de bonos con plazos entre siete y 28 días, para mantener la liquidez estable.