El banco central de China pareció subrayar su compromiso con una reforma cambiaria este lunes al permitir que el yuan se aprecie a un máximo récord frente el dólar, pese a señales de una inesperada debilidad en las exportaciones.
El Banco Popular de China fijó el punto medio del yuan -el punto medio de la banda de un 2% en la
que opera diariamente la moneda - en un máximo récord, y posteriormente permitió que la tasa al contado tocara un máximo histórico durante las operaciones intradiarias.
Los movimientos en la moneda china se produjeron inmediatamente después de la publicación de datos oficiales que mostraron que las exportaciones de China disminuyeron un 0,3% interanual en septiembre.
Las cifras no cumplieron con las expectativas de un incremento del 6% y marcaron el peor rendimiento en tres meses.
Un yuan fortalecido es un objetivo clave para las autoridades, que intentan hacer que la economía se incline más a un crecimiento basado en el consumo y que no ponga tanto énfasis en las exportaciones.
Pero enfrentan las quejas de exportadores chinos porque la persistente apreciación del yuan está poniendo a sus productos en desventaja en los mercados extranjeros cuando la demanda externa sigue siendo floja.
El máximo nivel intradiario alcanzado por el yuan de 6,1073 unidades por dólar lo dejan con una apreciación de un 2% en lo que va del 2013 -en un marcado contraste con la depreciación de otras monedas asiáticas- y de más de un 35% desde la revaluación en 2005.
"Las empresas domésticas esperan que no haya más apreciación del yuan porque las exportaciones aún están realmente débiles. Si el yuan sigue subiendo, los resultados podrían ser realmente feos", comentó un operador cambiario en un banco europeo en Shanghái.
Además, la inesperada debilidad de las exportaciones de septiembre encendió nuevos temores a que el crecimiento económico -que ha caído en 9 de los últimos 10 trimestres- pueda volver a bajar justo cuando acababa de mostrar señales de aceleración.
En junio tuvo lugar un sorpresivo retroceso similar y analistas afirmaron en ese entonces que la fortaleza del yuan había sido parcialmente responsable de ello.
Algunos economistas anticiparon que el banco central se vería forzado a permitir que el yuan vuelva a depreciarse, al menos simbólicamente. En vez de eso, se mantuvo firme.
Pese a las quejas de los exportadores, las autoridades reformistas consideran que un yuan fortalecido es clave para que
China pase a un modelo económico enfocado en producir bienes de mayor calidad para el consumo interno, en lugar de productos a granel de menor calidad y que compitan sólo en precio.
Una moneda china fortalecida también abarataría las importaciones de energía con precios en dólares y las adquisiciones de compañías en el extranjero, además de reducir la necesidad de que Pekín mantenga enormes reservas de dólares, resultado de años de intervención en los mercados para contener el fortalecimiento del yuan.
Un yuan fuerte también es considerado beneficioso para otro proyecto clave: incrementar el uso de la moneda china en el comercio internacional, para de esa manera reducir el riesgo cambiario para las compañías chinas y disminuir aún más la necesidad china de acumular dólares.
Sin embargo, la reestructuración de la economía china está lejos de haberse completado. De hecho, los datos económicos hasta ahora han mostrado poca evidencia de cambio en los factores subyacentes de crecimiento, y las compañías orientadas al mercado externo siguen siendo los mayores empleadores.