En los últimos meses, el habitual interés del mercado por el resultado de las reuniones de política monetaria (RPM) del Banco Central respecto de la tasa de interés, se ha visto adornado por las diferencias evidenciadas entre algunos consejeros -explícitas en las minutas de estas citas mensuales- respecto del futuro de la tasa de interés. Mientras algunos miembros se muestran decididos por un mayor estímulo monetario en los próximos meses, otros se muestran más proclives a una trayectoria más pausada en la tasa.

En este contexto, el ex presidente del ente rector, José de Gregorio, manifestó -en una carta a El Mercurio- su opinión favorable a que las actas de las minutas de las RPM identifiquen las opiniones correspondientes a cada consejero, que hasta ahora son anónimas. "Después de un tiempo prudente, unos tres años, se deberían hacer públicas las actas con identificación de nombres".

Sin embargo, el instituto emisor justifica sus razones para no entregar dicho nivel de detalle.

El BC respondió, el 17 de enero, una solicitud realizada vía Ley de Transparencia por La Tercera para conocer la autoría de las opiniones realizadas por los consejeros en la RPM de diciembre de 2016, cuando el BC mantuvo la tasa en 3,5% -al mes siguiente bajaría a 3,25%- pero explicitó que esa decisión no había sido unánime.

"El Banco ha resuelto no dar a conocer (las actas personificadas) en virtud de la causal de reserva (...) por tratarse precisamente de antecedentes o deliberaciones previas a la adopción del acuerdo respectivo, cuya publicidad, comunicación o conocimiento afectaría el debido cumplimiento de las funciones del Banco", respondió Alejandro Zurbuchen, gerente general de la institución.

Añade que "en particular porque restringiría la libertad de los asistentes a la RPM para efectuar consultas o manifestar opiniones técnicas acerca de datos económicos no publicados o sobre otras materias sensibles que inciden en la política monetaria, afectando de esta manera su eficacia".