El Banco Central redujo este lunes su proyección de crecimiento para este año a un rango de entre 1% y 2% desde el 1,5%-2,5% estimado en diciembre, debido al impacto de la huelga en Minera Escondida y una menor expansión esperada para la inversión.

Al dar a conoce el Informe de Política Monetaria (Ipom) ante la Comisión de Hacienda del Senado, el presidente del instituto emisor, Mario Marcel, también dio a conocer que para el próximo año se prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) anotará una expansión de entre 2,25% y 3,25%, en lo que constituye la primera previsión del instituto emisor para el crecimiento de 2018.

El informe sostiene que el 2016 finalizó con un crecimiento anual de 1,5% en línea con lo previsto en diciembre. "Sin embargo, estuvo caracterizado por una desaceleración algo más acentuada durante el año, la que se estima se prolongará hacia el comienzo del 2017", precisó.

Añadió que la mayor debilidad se observó en los sectores distintos de recursos naturales, en particular en rubros ligados a la inversión en construcción y los servicios relacionados, que tienden a ser más persistentes.

En cuanto a la rebaja en la estimación de crecimiento para este año Marcel precisó que "del orden de 0,2 puntos porcentuales de esta revisión se originan en los efectos de la paralización de Minera Escondida. Dada la relevancia de esta faena en la producción nacional de cobre —entre 15% y 20% en el 2016—, dicha paralización tendrá un impacto relevante en el PIB del primer trimestre, del orden de 1 punto porcentual de menor crecimiento, con lo que dicha cifra estará en torno a cero".

Sin embargo, aseveró que pese a su impacto económico, la paralización de Escondida, así como el efecto de los incendios forestales de enero y febrero, son eventos puntuales, que no solo no inciden sobre la trayectoria de largo plazo, sino que tampoco sobre la dinámica del ciclo económico. De este modo, no se espera que estos eventos tengan repercusiones significativas en la evolución del resto de los sectores económicos, ni de la inflación.

En el caso de la producción minera si bien su impacto en el PIB del primer trimestre es significativo, por ser mayormente determinada por factores de oferta, es excluida del cálculo del PIB resto que el banco utiliza en sus modelos para la medición de la brecha de actividad y la proyección de la inflación a mediano plazo.

"De este modo, el cambio en el rango de proyección del 2017 —de 0,5 puntos porcentuales— responde a dos grandes factores. Por un lado, cerca de la mitad lo explica la paralización de Escondida y otros hechos fortuitos del primer trimestre. Por otro lado, la mayor debilidad que observamos en el transcurso del 2016 nos entrega un punto de partida más bajo para la economía este año", indicó.

Según el informe, "el PIB resto mostró una debilidad mayor que la anticipada y los datos recientes sugieren que su velocidad de recuperación será algo menor que la esperada". En este contexto redujo su estimación para el crecimiento de la formación bruta de capital fijo (inversión) a 0,2% desde el 0,7% previsto anteriormente.

En cuanto a la demanda interna el informe prevé que anotará una expansión de 2,3% este año, versus el 2,6% estimado en diciembre.

El Banco Central estimó que tras años de un bajo dinamismo en el plano interno, "no es descartable que algún fenómeno más persistente esté afectando la capacidad de crecimiento de la economía, en cuyo caso sería necesaria una revisión de los planes de gasto público y privado".

MERCADO LABORAL

En cuanto a lo proyectado para el mercado laboral, el informe sostiene que "tampoco es descartable que, tras varios años de crecimiento bajo, las empresas requieran hacer ajustes mayores en sus planillas, especialmente si las perspectivas de recuperación del crecimiento hacia fines de año no se materializan".

Desde una visión más optimista, el documento prevé que un contexto con desbalances macroeconómicos, con un mejor escenario externo, unido al fin del ajuste en la minería y un posible repunte de las confianzas "podría dar paso a una recuperación más dinámica que la prevista".

En el balance de riesgos, tanto para la inflación como en la actividad, los consideró equilibrados.  Respecto al PIB potencial, sigue apostando por una variación de 2,5%-3%, mientras que el Producto tendencial llegaría al 3,2%.

Resaltando el deterioro del mercado laboral, el IPoM señaló que este ha continuado ajustándose, incluso, sin conocer el último dato proporcionado por el INE donde se ve una caída aún mayor del trabajo asalariado, y un alza mayor del desempleo. Así, planteó además que los salarios han seguido moderándose, que se han reducido las horas trabajadas, y que aumenta la cantidad de personas que indica tener jornadas laborales menores a las deseadas.

Respecto a la tasa de interés, el BC reconoció que habiendo concretado dos recortes de 25 puntos base en el año, para asegurar la convergencia de la inflación a la meta "se requiere de una política monetaria que aporte un impulso algo superior al previsto en diciembre". Así, en línea a lo anticipado por el precio de los activos financieros y la encuesta de operadores financieros, el BC podría impulsar un recorte más de 25 puntos base en el segundo trimestre.

En cuanto a la inflación el instituto emisor mantuvo su estimación en un alza de 2,9% para fines de 2017. De esta manera, se proyecta una "ampliación gradual" de las holguras de capacidad. Para el tipo de cambio, el instituto emisor anticipa que se mantendría "relativamente estable" en torno a los valores actuales, con lo que "con el paso de los meses irá dejando de ser un factor que presione la inflación a la baja".

En el contexto del mercado financiero, el Ipom remarcó que "se ha producido un aumento generalizado del apetito por riesgo, haciendo subir las bolsas, disminuir los premios soberanos y mejorar los flujos de capital hacia el mundo emergente". De esta manera, el cobre también tuvo una corrección al alza en sus precios, pasando de US$2,35 promedio la libra para 2017, a US$2,55, mientras que para 2018 subió su estimación desde US$2,40 a US$ 2,50 la libra. El petróleo (WTI), en tanto, se mantendría en torno a los US$ 50 por barril este y el próximo año.