La desaceleración de la economía en el primer cuatrimestre del año, que acumula un crecimiento de 4,2% a abril, llevó al Banco Central a reducir sus proyecciones para la expansión de la actividad del país en 2013, pasando de un rango de 4,5% a 5,5% previsto en marzo, a otro de 4% a 5% en su Informe de Política Monetaria de junio.
El ajuste a la baja fue marcado en buena medida por un importante recorte en las expectativas para la expansión de la demanda interna de este año, de 6,1% a 4,9%. Si bien el mercado apostaba por una corrección en tal dirección, las estimaciones se situaban en torno a 5,5%.