El Banco de Chile movió sus piezas. A casi dos años de su fusión con el Citibank, después de haber logrado la unificación de dos culturas y de haber hecho frente a la crisis económica internacional, la entidad buscó una nueva estructura de gestión, más en línea, afirman altas fuentes de la institución, con sus metas futuras de eficiencia y rentabilidad.

Los cambios partieron hace ya dos semanas, tras un período de evaluación que encabezó la consultora McKinsey. "Es, de hecho, el reordenamiento más importante que se ha hecho después de la fusión", explican.  La nueva malla simplifica la línea de mando que encabeza Fernando Cañas en la gerencia general del banco, el segundo más grande del sistema según colocaciones, con ganancias acumuladas, a septiembre, por US$350 millones.

"Llegó un momento en que eran muchas las áreas que le reportaban directamente a Cañas. Por eso se buscó una estructura más liviana, que agilizara la toma de decisiones y la entrega de la información", dice un alto ejecutivo.

Eso, por un lado. Por otro, la entidad financiera se está preparando para crecer fuerte, ahora que ya internalizó la fusión, la misma que le permitió doblar su tamaño en el área de consumo -con la unificación de las divisiones de crédito Credichile y Atlas- y potenciarse en el ámbito corporativo, en particular con la llegada de los clientes empresas que antes estaban en manos del Citi, cuya red internacional también se ha utilizado para las operaciones del Chile. Estos dos puntos han sido, coinciden altos ejecutivos, los mayores beneficios,  que ha obtenido hasta ahora el pacto que forman el grupo Luksic y Citigroup, quienes controlan la entidad financiera a través de la sociedad conjunta LQIF.


LOS CAMBIOS
El foco en este ordenamiento estuvo puesto en dos grandes áreas. La primera, la banca de personas, que creció significativamente. La división, a cargo de Alejandro Herrera, absorbió la gerencia de marketing, que dejó de reportar a Cañas. La segunda fue la banca corporativa, que está bajo el mando de Mario Farren, ex Citi. Fue en esta última área donde más movimientos se produjeron.
Allí lo más importante fue la llegada de Juan Carlos Cavallini -ex Citi- en la gerencia corporativa del banco, que desde ahora reporta a Farren y no a Cañas. Cavallini estaba en la banca de inversión, que incluye grandes operaciones de créditos sindicados y bonos corporativos. Esta gerencia -Banchile Citi Global Market- fue asumida por Andrés Busher, quien también venía de la entidad estadounidense.

Otra de las modificaciones se efectuó a nivel de Tesorería, que encabeza Farren. El ejecutivo optó por sacar a varios ejecutivos que estaban debajo de él.  Una parte de la gerencia de marketing, en tanto, fue tomada por la gerencia corporativa.

En esa misma área, se dio otro cambio, que tiene relación con el interés del banco respecto a que la calidad de servicio sea un puntal de su estrategia en los próximos años. Hasta ahora, los temas relacionados con calidad de servicio y procesos eran manejados directamente por la gerencia de marketing. Ahora se optó por designar a un ejecutivo directamente a cargo de esta              área, el que reportará directo a Fernando Cañas.

Se trata de Felipe Dawes, quien encabezará la gerencia de Transformación, quien viene de Mackenzie, estuvo siete años en Nueva York y es un especialista en la optimización de procesos. Arturo Tagle, por su parte, asumió la responsabilidad de dirigir la gerencia de Relaciones Institucionales y con Inversionistas.