El Banco de Japón anunció hoy una nueva inyección de liquidez a través de su programa de compra de activos y advirtió del "alto grado de incertidumbre" que rodea aún a la economía global por problemas como el de la deuda en Europa.
Menos de una semana después de que la Reserva Federal de EEUU adoptara una nueva ronda de estímulo económico, el emisor nipón anunció que expandirá en 10 billones de yenes (unos 126.700 millones de dólares) su programa de adquisición de activos, su principal instrumento de flexibilización monetaria.
También decidió por unanimidad prolongarlo seis meses más de lo inicialmente previsto, hasta finales de 2013, con un valor total de unos 80 billones de yenes (1,01 billones de dólares) destinados a comprar activos como letras del Tesoro, bonos gubernamentales o fondos fiduciarios.
Algunos analistas ya habían apuntado a una posible ampliación del programa del BOJ este mes, siguiendo los pasos de la Reserva Federal, pero el volumen y el hecho de que llegue acompañada de una extensión temporal ha sido una sorpresa que ha superado las expectativas, según los expertos.
Además, como se esperaba, el Banco de Japón mantuvo los tipos de interés entre el 0 y el 0,1 por ciento, el bajísimo nivel en el que se encuentran desde octubre de 2010 para impulsar la recuperación.
En un comunicado emitido al término de su reunión mensual, la junta de política monetaria del BOJ advirtió de que algunas economías extranjeras han entrado "un poco más profundamente en una fase de desaceleración".
Así, señaló que se debe prestar particular atención a estos mercados por su impacto en la economía japonesa, la tercera del mundo tras EEUU y China, que pese a haber registrado un crecimiento "relativamente fuerte" en la primera mitad de 2012, atraviesa ahora una "pausa" en su recuperación.
En este sentido, insistió en que todavía existe un alto grado de incertidumbre en torno a la economía global, que incluye entre otros factores las perspectivas del problema de deuda en Europa y las dudas sobre la recuperación de la economía estadounidense.
Las medidas de BOJ se reflejaron de inmediato en una subida de la Bolsa de Tokio y una muy buscada depreciación del yen, cuya fortaleza en los últimos meses ha perjudicado seriamente a las exportaciones, uno de los grandes motores de la economía del país.
Poco después del anuncio del BOJ, el euro tocó brevemente en Tokio su máximo frente a la moneda local desde principios de mayo y llegó a superar los 103,6 yenes, mientras el dólar llegó a intercambiarse a 79,23 yenes, su máximo en un mes.
Debilitar el yen, considerado una moneda refugio en tiempos de crisis, es uno de los objetivos de las medidas del Banco de Japón, cuyo gobernador, Masaaki Shirakawa, advirtió de que la fortaleza de la divisa puede perjudicar a la economía a corto plazo.
Además de por el yen, las exportaciones niponas, que representan el 40 por ciento del PIB del país, se han visto lastradas por la desaceleración de China (primer destino de las ventas niponas, con casi un cuarto del total) y otros aliados comerciales de Japón.
En este contexto, Shirakawa destacó, en una rueda de prensa, que se espera que la vuelta de Japón a la senda de la recuperación moderada "se retraso unos seis meses" a partir de la primera mitad del presente año fiscal, que concluye en marzo de 2012.
También expresó su satisfacción por las medidas de estímulo anunciadas la semana pasada por la Reserva Federal de EEUU y por la decisión del Banco Central Europeo de adquirir deuda soberana de países sujetos a asistencia financiera.
La ampliación decidida hoy por el instituto nipón, la primera ampliación del programa de compra de activos desde abril, busca, según el emisor, "asegurar la vuelta de la economía de Japón a la senda de un crecimiento sostenible con estabilidad de precios".