El Banco Mundial (BM) proyecta una desaceleración del crecimiento mundial en 2013, pero estima que el panorama es más "estable" que antes de la crisis, según sus previsiones semestrales publicadas este miércoles.
El Banco Mundial prevé un crecimiento para este año de 2,2% y una expansión de 5,1% en los países en desarrollo, por debajo del crecimiento registrado en 2012 (+2,3%) y menor a las previsiones publicadas en enero por el organismo (+2,4%).
"Nuestras proyecciones son casi las mismas que hace seis meses y en un contexto de turbulencia económica mundial, registrar dos periodos sin grandes cambios es una buena noticia", comentó el jefe de economía del Banco Mundial, Kaushik Basu.
El organismo también recortó sus perspectivas de crecimiento para América Latina este año del 3,5% al 3,3%.
Acorde a las expectativas, la revisión a la baja más pronunciada fue la proyección para la zona euro, que registrará una contracción de 0,6, desde un pronóstico anterior de una contracción de 0,1. El reporte del Banco Mundial explicó que el crecimiento en Europa sigue frenado por la baja confianza y la reestructuración en curso de los presupuestos y del sector bancario.
Los precios de las materias primas, cuya escalada desestabilizó la economía mundial, han comenzado debilitarse, influyendo sobre las exportaciones de los países exportadores.
En perspectiva global, el Banco Mundial estima que los riesgos han disminuido para entrar en un periodo de menor "volatilidad", libre de los excesos registrados antes del colapso de 2008.
"Nos dirigimos hacia un periodo de crecimiento que va a ser más lentos pero con menos fluctuaciones", dijo Andrew Burns, coordinador del informe, quien agregó que la fuerte expansión registrada antes de la crisis se asentaba sobre bases poco estables, especialmente sobre "burbujas financieras".
En tanto, el BM celebró las medidas anticrisis adoptadas por los grandes bancos centrales, aunque advirtió que el proceso de retirada de las medidas de estímulo debe ser progresivo.
Si las tasas de interés en Estados Unidos o en Japón suben, los inversores podrían retirar los fondos colocados en los países emergentes, lo que podría desestabilizar sus economías.
"La claridad y la credibilidad de las estrategias de comunicación de la Fed y del Banco Mundial de Japón van a ser muy importantes", dijo Burns.