La caída en el precio del oro podría ser la justificación perfecta para que los bancos centrales continúen sus políticas ultra expansivas, situación que impulsó el precio del metal.

Entre las muchas explicaciones para la mayor caída en más de 30 años: una cuarta sorpresa negativa global anual con datos decepcionantes desde China hasta los Estados Unidos,  mientras que los inversores retiran apuestas a que el estímulo monetario terminará por generar inflación. Otras razones para la caída van desde la opinión de que el precio alcanzó los llamados niveles técnicos hasta el temor a que Chipre pueda llevar a los países endeudados a vender sus reservas del metal.

La combinación del nerviosismo respecto del crecimiento y el menor temor a la inflación apoya los argumentos del presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Ben S. Bernanke, y sus pares de otros países a favor de seguir dando impulso a sus economías con la esperanza de que finalmente se encaminen. También podría ayudarlos a superar las críticas, entre ellas las de algunos legisladores republicanos estadounidenses.

"Los bancos centrales pueden ser oportunistas y avanzar con la flexibilización cuantitativa ahora que el mercado de oro cede en lo que respecta a sus temores de hiperinflación", dijo Edward Yardeni, presidente y estratega jefe de inversión de Yardeni Research Inc. en Nueva York. "También podrían argumentar que la debilidad de los precios de las materias primas sugiere preocupación en lo relativo al crecimiento, lo que daría más argumentos para mantener la QE".

Doce años de aumento

El oro se encuentra ahora en un mercado bajista luego de 12 años de aumento hasta 2012, incremento alimentado en parte por la conclusión de los inversores de que una inflación más rápida y la ayuda de los bancos centrales impulsarían el precio del metal como protección de la riqueza.

"Los inversores conservaban cierto optimismo respecto de que la relativa fuerza de momentos anteriores del año persistiría", dijo Roberto Perli, director gerente en Washington de International Strategy  Investment Group y ex economista de la Fed. "Cuando se atraviesa por un momento como este, uno se ve obligado por lo menos a pensar que las cosas podrían tomar un rumbo diferente al que se pensaba".

El empleo estadounidense tuvo en marzo el menor aumento en nueve meses. China tiene la expansión más débil en dos décadas, con un crecimiento de 8%, y el desempleo en los 17 países de la zona del euro es de un récord de 12%. Un índice de Citigroup Inc. muestra que los datos de las grandes economías están por debajo de los pronósticos en mayor proporción desde septiembre.

En ese contexto, el Fondo Monetario Internacional redujo ayer su estimación de crecimiento global para este año de 3,5% en enero a 3,3% en la actualidad. Eso podría contribuir a explicar la liquidación de oro y otras materias primas, dijo Igor Arsenin, jefe de estrategia de tasas para Asia de Barclays Plc en Singapur.

"Hay un contexto de crecimiento global lento que afecta los precios de los productos primarios", dijo Arsenin.

Eso da a los bancos centrales una justificación para la flexibilización monetaria, dijo Jonathan Wright, un profesor de economía de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore que trabajó en la división de asuntos monetarios de la Fed entre 2004 y 2008.